Una guía para regular a los K-9
El Foro de Investigación Ejecutiva de la Policía, un destacado grupo de expertos en aplicación de la ley, pidió recientemente estándares nacionales más claros para garantizar que todas las agencias tengan protocolos para el uso de perros preparados como caninos policía.
En su guía publicada en mayo sobre “Orientación sobre políticas y prácticas para caninos de patrulla”, el Foro parte de la base de que las unidades caninas son herramientas valiosas para la Policía y pueden ayudar en situaciones como buscar y localizar sospechosos y pruebas o realizar búsquedas en lugares donde sería peligroso enviar un oficial o un diputado. Pero alertan de que la intervención de un K9 significa introducir una vida animal que está entrenado para usar la fuerza y que carece de la capacidad de pensamiento de una persona. “Si el perro no está bien entrenado, puede hacer que las situaciones sean más difíciles de resolver”, matizan. Y exigen a los organismos encargados que implementen políticas claras y sobre todo una capacitación exhaustiva para los guías caninos y una supervisión constante de sus actuaciones.
En su documento, dirigido expresamente al uso de perros para buscar y aprehender personas, indican que el éxito de una unidad canina comienza con la selección de los mejores candidatos como guías K9 y de los perros que sean compatibles con ellos. “Hay que tener en cuenta que cuando ocurren errores en una unidad canina es, generalmente, debido a errores cometidos por los guías, no por los perros”. Para ello enumeran más de una docena de condiciones mínimas que debe cumplir cualquier candidato, como no tiene antecedentes disciplinarios ni por uso de la fuerza excesiva, historial demostrado de buena toma de decisiones, buenas aptitudes con los perros, informe positivo de los supervisores caninos o incluso una visita a su familia, entre otras.
Formación exhaustiva
En cuanto a los perros elegidos deben demostrar confianza, capacitación, atletismo, sociabilidad, no presentar signos de agresividad injustificada o impredecible y ser capaces de interactuar con calma con otros perros o personas.
Pero en el punto en el que la guía hace más hincapié es en la formación de los agentes candidatos a formar parte de una unidad canina. “Deben recibir una formación exhaustiva como preparación para la patrulla”, señalan. Es imperativo que los perros y los guías entrenen juntos, como un equipo canino, y nunca pasar al servicio hasta que una agencia haya verificado que son competentes en las operaciones de patrulla además de que deben recibir formación continua durante el servicio”.
Otra recomendación es revisar la capacitación otorgada como mínimo una vez al mes, y nunca pensar que por tener un número de horas de formación el policía ya está preparado para ingresar en la unidad canina, debe ser obligatorio una evaluación por agencias especializadas y con buena reputación.
Por último, el Foro avisa de que los equipos caninos deben ser certificados anualmente por una organización externa reconocida a nivel nacional, ya que “Los mandos de la policía, las autoridades municipales o políticas y el público en general no tienen conocimientos sobre el entrenamiento canino”.
Cada cinco días un perro K9 manda al hospital a un sospechoso