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Cuatro perros trabajan para conseguir que en 2040 haya 1.500 ejemplares de lince ibérico 

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La unidad canina de Andalucía para localizar excrementos y restos de pelo del lince ibérico en la comunidad es un pilar fundamental del plan estratégico transnacional LIFE Lynxconnect, cuyo objetivo es crear una metapoblación de esta especie genética y demográficamente funcional para llegar a su estado de conservación favorable en 2040. El plan estratégico para la conservación de esta especie en España y Portugal prevé la existencia de 1.500 individuos maduros o 750 hembras reproductoras dentro de 16 años

Por Miguel PELE

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Usando diferentes muestras tanto de excrementos como de pelo, dos adiestradores caninos iniciaron un entrenamiento para que todos sus perros pudieran seguir el rastro del lince, distinguiéndolo de otros mamíferos silvestres, y cerciorarse de que están por la zona donde les han pedido que busquen.
Este proceso duró más de seis meses, en los que, según Agustín Bermejo, tuvieron “equivocaciones, rectificaciones, quebraderos de cabeza, que finalmente con ejercicios de prueba-error y mucha paciencia, nos llevaron al camino correcto”, aclara. Tanto es así, que en sus búsquedas asegura que tienen un nivel de eficiencia por encima del 95% de acierto en la detección de excrementos o pelo mientras realizan sus seguimientos.
Para ese adiestramiento se utilizaron muestras de excrementos de diferentes lugares de Andalucía, porque aunque provengan de la misma especie animal “no huele lo mismo un excremento de un lince de Sierra Morena que otro de Doñana”.
Para esta labor adiestraron cinco perros Bruma y Kenia, hembras de la misma camada y Skay, macho, de raza pastor belga malinois y Juno, una labrador negra. Todos son perros jóvenes, de menos de tres años, o bien criados por ellos o comprados a criadores. Por su experiencia de trabajo saben que son razas que funcionan muy bien en el rastro. Anteriormente tuvieron una perrita border collie que ya no está en el proyecto.
Los dos adiestradores caninos, Agustín Bermejo y Manuel Fernández, junto con sus perros están dentro del proyecto transnacional denominado Life Linxconnect de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente que llevan a cabo búsqueda de evidencias de la presencia del lince en la península Ibérica. Actualmente, su trabajo se centra en Andalucía, pero podrían ir a otros lugares si se les reclama. Esto podría ser en Castilla-La Mancha, en Extremadura, Región de Murcia o incluso Portugal.
En el tiempo que llevan realizando esta labor han recorrido todas las provincias de Andalucía, acompañados por un técnico de la Junta. Suelen salir de una a dos veces por semana, siempre a petición de los técnicos, tanto Bermejo como Fernández con sus cuatro perros para comprobar de la presencia del lince ibérico en un lugar determinado

Marcaje
Cuando se hace un rastreo por la montaña y el perro encuentra una muestra de excremento se sienta delante de ella, con los restos orgánicos entre sus patas y ahí entra en labor el técnico que los acompaña, para recogerla y procesarla. Estos residuos se envían a los equipos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), que realiza y procesa los análisis genéticos.
A los perros, una vez localizado el objetivo, siempre se les da su premio por haber realizado el trabajo, que para ellos no es sino un juego y esperan recibir como recompensa su mordedor o su pelota.
En menor medida también encuentran muestras de pelo, que siguen el mismo procedimiento. Durante este tiempo nunca tuvieron contacto directo con el lince, pero “se ha trabajado bastante la obediencia en los perros en previsión de que ocurriera un encuentro en el campo y pudiera haber un conflicto o perturbar al animal que estuviera con su camada, y si esto sucediese el perro se va a controlar, porque está preparado para ello”.
La utilización de estos perros tiene tres aspectos básicos: la detección y localización de excrementos, la detección de rastros de ejemplares en dispersión, en zonas donde las densidades de rastros son muy bajas y la detección de cachorros y adultos heridos o en peligro.
Sobre esto último, hace aproximadamente un año, hubo un atropello de una hembra en Montoro, Córdoba, y “fuimos y encontramos a los cuatro cachorritos, una experiencia muy chula”, aclara. Una vez localizados, el técnico de la Junta de Andalucía es el que se hace cargo de estos cachorros.
Llevan tiempo desempeñando esta labor, en menor medida durante el verano, pues el calor impide la salida con garantías para los perros y es un proyecto que tiene una duración de cinco años, con posibilidad de ampliarlo según las necesidades, lo que hace que la vida laboral de estos perros esté prácticamente cubierta con el proyecto Life, que podrá ampliarse una vez finalizado con una nueva financiación si este proyecto se considera efectivo.

Metodologías eficientes
La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, explicó en la presentación de esta unidad canina que, debido a la expansión demográfica del lince ibérico en la última década, “es imprescindible desarrollar metodologías más eficientes y sostenibles, que permitan mejorar la ratio coste/beneficio y que además sean transferibles y exportables a otras especies amenazadas”.
De este modo, “se reducirán los costes logísticos sin detrimento de la calidad de la información generada y se garantizará el seguimiento de poblaciones a largo plazo”, ha abundado la consejera quien además ha recordado que “a pesar de la buena noticia recibida este año por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)”, la mayor organización mundial dedicada a la conservación de la naturaleza, que redujo la categoría de la especie en su lista roja de ‘en peligro’ a ‘vulnerable’, “no podemos bajar la guardia y debemos seguir implementando mecanismos que se adapten a los nuevos tiempos y necesidades”, matizó Catalina García.

Crecimiento ininterrumpido y ocho poblaciones nuevas
El Plan Estratégico para la conservación del lince ibérico (Lynx pardinus) en España y Portugal aprobado por Medio Ambiente en julio de este año es un documento orientativo de los planes de recuperación de las comunidades autónomas que recomienda tanto identificar áreas adecuadas para la reintroducción del lince ibérico como acometer trabajos de restauración, preparación y adecuación con el objetivo del establecimiento de nuevos núcleos de población auto-sostenibles. El ámbito de aplicación de este plan abarca, por un lado, los territorios de dos regiones portuguesas (Baixo Alentejo y Algarve) y tres autonomías españolas (Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha) donde hay núcleos reproductores, y por otro, áreas consideradas favorables para la colonización de la especie como son Aragón, Cataluña, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Región de Murcia y Comunidad Valenciana.
Según el Plan, la principal amenaza que dificulta la recuperación de la especie es su mortalidad, cifrada en un 20%, debido a los atropellos en carreteras (un 6%), la persecución ilegal (un 5%), las causas naturales y los accidentes en infraestructuras de agua. Además también es negativo la disminución de su presa básica, el conejo, y la alteración y pérdida de calidad de vida de su hábitat.
Los redactores del plan afirman que el lince ibérico es ejemplo mundial de recuperación de una especie amenazada, y un emblema natural de Portugal y España, así como un buen hito de cooperación supranacional en materia de protección de la biodiversidad. El Proyecto Life+ de la UE, denominado, LynxConnect, tiene el objetivo de “crear una metapoblación de lince ibérico genética y demográficamente funcional”. El reto es alcanzar una metapoblación ibérica autosostenible, viable genéticamente, consolidar las poblaciones de Andalucía, Castilla La Mancha, Extremadura y Portugal, y crear otras dos (Tierras Altas de Lorca, Murcia, y Sierra Harana, Granada). Entre sus metas está la puesta en marcha de acciones para mejorar la diversidad genética de las poblaciones silvestres, e implantar medidas de conservación y de mejora del hábitat mediante herramientas de custodia del territorio y de participación social, así como reducir el riesgo de mortalidad, mejorar el estatus poblacional y combatir las amenazas.

Se estima que para 2040 el lince ibérico haya alcanzado el Estado de Conservación Favorable (ECF) en España y Portugal con, al menos, 1.500 individuos maduros o 750 hembras reproductoras viviendo en poblaciones conectadas, y la especie alcance la categoría de amenaza de “preocupación menor” de la UICN. Como tres pasos intermedios indican, la rebaja en 2025 a vulnerable; alcanzar el estatus poblacional que tenía en 1992 en 2030 con al menos 367 hembras reproductoras; y llegar en 2035 al umbral de categoría de casi amenazado de 500 hembras reproductoras. Para todo ello es necesario que las poblaciones actuales continúen creciendo ininterrumpidamente así como la creación de, al menos, ocho poblaciones nuevas.

 

(Páginas 8-10)

 

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