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¿Le faltan vitaminas a mi perro si lo alimento solo con vegetales?

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A veces queremos imponer nuestras tendencias a las mascotas. Lo que consideramos bueno para nuestro cuerpo lo vemos beneficioso para los perros. Pero hay dudas de que esto sea así.

Por Javier Fernández Martín, Nutricionista Canino y Ayudante Técnico Veterinario

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Hace más de 35.000 años que el perro comparte vida con el ser humano, durante estos años el perro ha sufrido distintas mutaciones genéticas que le han permitido adaptarse a la vida humana, tal es así, que ha pasado a ser no sólo un tolerante, sino un gran consumidor de almidón y también es capaz de absorber la glucosa.
Asimismo, se han producido cambios mandibulares con respecto a los diversos ancestros que pudo tener (lobo, chacal, zorro...), todo ello ha llevado al perro a ser lo que conocemos hoy, un animal omnívoro y que requiere en su dieta distintos alimentos para poder desarrollarse, crecer, estar sano y que todos los procesos metabólicos sean correctos. Desde 1979 se consideran 10 aminoácidos esenciales para el perro y uno recomendado (el 11 para el gato, la taurina), a destacar: lisina, metionina, arginina, fenilalanina, triptófano, histidina, leucina, isoleucina, valina y treonina. Los alimentos ricos en estos aminoácidos son las proteínas de origen animal, diferenciando a los pescados de los animales terrestres en el balance de ácidos grasos saturados o insaturados (omega 3, omega 6, grasa, colesterol, etc.). Hay que matizar que existen más de esos aminoácidos esenciales (llamados no esenciales [los que puede producir el cuerpo por sí mismo]) los cuales se encuentran en su totalidad en las carnes, no así en los alimentos vegetales. Existen algunos ejemplos de leguminosas que contienen bastantes aminoácidos esenciales, como la soja o el garbanzo, pero no llegan a contener ni las cantidades recomendadas, ni son lo digestibles que sí resultan las carnes para las enzimas de los perros. Por ejemplo, la soja es una fibra insoluble, por tanto, la absorción de este alimento en el intestino es menor que en el caso de las fibras solubles. Así mismo, carecen de metionina y dificultan la absorción de otros micronutrientes, como el selenio. También hay que destacar que la carne no aporta exclusivamente aminoácidos, sino otras sustancias como ácidos grasos, por ejemplo, una unión de EPA+DHA (ácidos Omega 3) se encuentra en una mayor cantidad en fuentes de pescado, incluso en las grasas de vacuno y el hígado del mismo. Parece que los vegetales no tienen este aporte nutricional conjunto. También con el ácido araquidónico ocurre de forma similar. Este ácido se puede encontrar alterado con el líquido cefalorraquídeo (aunque es necesario realizar más estudios al respecto), y puede dar muestras de lesiones medulares.
La taurina es un aminoácido que se pensaba que no era esencial en la dieta del perro (a diferencia de la del gato), sin embargo, existen estudios donde relacionan niveles de taurina bajos con la miocardiopatía dilatada canina. La taurina se ve afectada por la ingesta de poca proteína animal, así como por la falta de cereales en la dieta. Los cereales ayudan a mantener la absorción de taurina óptima (una relación similar a la que podría existir entre la asimilación de calcio y la vitamina D, como ejemplo).
En el mundo nutricional existen distintas federaciones que establecen ciertos estándares nutricionales sobre la cantidad de un nutriente, micronutriente o macronutriente que debe aparecer en la dieta de los distintos animales domésticos. Algunas de estas federaciones son la FEDIAF, la NRC y la AAFCO. Muchos fabricantes de piensos siguen estos valores, pero otros muchos no. Aquí puede aparecer una de las principales diferencias con los distintos piensos que hay en el mercado. Cabe señalar que, en el aspecto comercial, existen preparados y piensos «veganos», los cuales han sido sometidos a diversos análisis por profesionales nutricionistas, tomando como guía de base la FEDIAF y la AAFCO y en todos ellos se localizaron carencias de los distintos nutrientes, por ejemplo, desde un contenido deficitario en potasio, hasta en metionina o sodio, sin entrar en las vitaminas que deben ser añadidas porque esos alimentos no las pueden proporcionar.
Parece interesante comprobar cómo la aportación de proteína animal en la dieta de los perros ayuda a la recuperación de la microbiota (bacterias que colonizan todo el intestino [además de otras zonas]), lo que facilita el metabolismo, el balance energético, la digestión, la producción de vitaminas, la regulación de la insulina y los péptidos…
Hay que entender que la carne no es sólo proteína o grasa, sino que tiene otra serie de nutrientes que también ayudan al organismo, desde vitamina B6 hasta la B12, algunos de los alimentos que más B6 tiene es la sardina (en torno a 0,96 mg/100 g). La vitamina B12 no se encuentra de forma natural en ningún vegetal, y por este motivo las personas que deciden seguir dietas veganas deben tomar suplementación, en el caso de los vegetarianos puede no ser necesario, pues los derivados lácteos y los huevos tienen dicha vitamina (~0,0026 mg y 0,0012 mg / 100 g, respectivamente), aunque las carnes parecen tener más cantidad de dicha vitamina, sobre todo algunas carnes como el conejo o ternera (0,0065 mg, 0,0046 mg, respectivamente) [guarda relación con la alimentación rica en cobalto que hayan tenido]. En los perros la falta de la cobalamina (B12) se asocia con patologías intestinales crónicas.
Parece claro que el perro necesita carne para cumplir con todos los procesos metabólicos de los que dispone y tener una salud fuerte y apropiada a su especie.

El error de las tendencias humanas
Del total de hogares que hay en Europa, cerca de un cuarto tiene como mascota a un perro. Internet, los Medios, las ideologías y el antropomorfismo están haciendo de la información una continua guerra entre la ciencia y el sentimiento, entre el especismo y el veganismo, entre la defensa de la verdad y la mentira. Muchas personas se inclinan por tendencias y juicios humanos, pensando que están actuando de la mejor forma posible, pero nada más lejos de la realidad. La información que existe de forma descontrolada está creando verdaderos problemas de salud a nuestros mejores amigos, lo que acaba desencadenando en grandes preocupaciones entre los profesionales del mundo canino. Como dijo Ludwig Feuerbach: «somos lo que comemos» y es que la alimentación es vital para mantener la salud apropiada de nuestros perretes. Es imprescindible darle a cada especie lo que necesita y no dejarse guiar por concepciones humanas que nada bien hacen a aquellos a quienes más queremos.

(Páginas 18 y 19)

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