Nuevo enredo judicial de Stand Lee, el “perro policía” de Granada
Un nuevo episodio, en este caso judicial y oficial, vuelve a abrir el caso del “perro policía” Stan Lee, un cachorro rescatado en su día por la Policía Local del Ayuntamiento de Granada que, tras un cambio político, acabó en un chenil durante meses a la espera de “mejor” destino, y que de la noche a la mañana se convirtió en “perro de terapia” por un día con fuerte repercusión mediática. El covid lo volvió a recluir.
Por Óscar REKALDE
El Ayuntamiento convoca y asigna la plaza de jefe de la unidad canina a un agente que estaba provisional después de que la justicia dictaminase que fue nulo de pleno derecho apartar de ese puesto al guía de Lee. El Consistorio ha recurrido el auto del Juzgado y, por el momento, rechaza incorporar a la Unidad Canina al oficial que rescató al animal.
Stand Lee estaba aún en proceso de formación cuando su guía, el policía local Óscar del Pino, fue cambiado a la fuerza de la Unidad Canina a la Unidad de Atestados y separado del perro que había rescatado.
Hace unos días el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Granada dictaminó que la orden de la Jefatura de la Policía Local de Granada que apartó a Óscar del Pino de la Unidad Canina destinándolo a Atestados fue nula de pleno derecho. Además, condenó en costas al Consistorio.
Aunque en un principio se pensó que el guía volvería a la Unidad Canina y podría estar de nuevo con Stand Lee, el auto fue recurrido por el Ayuntamiento y todo sigue paralizado.
El sindicado UGT, del que es representante sindical el guía del perro policía, pidió al consistorio que “reviertan de manera inmediata su errónea decisión de apartar al agente de su puesto, y acaten la sentencia judicial, incorporando inmediatamente a este trabajador municipal como oficial del grupo de apoyo a las patrullas de barrio al mando de la Unidad Canina de la Policía Local de Granada”.
El Ayuntamiento insiste en que el proceso está judicializado y su postura es esperar a la resolución del recurso. Pero lo cierto es que entre auto, recurso y auto, la autoridad municipal ha movido ficha. Con fecha 21 de septiembre realizó por la orden 193 la “Convocatoria de una plaza de oficial vacante en la Intendencia de Distrito Unida Canina con turno A 1 la cual se encuentra cubierta en la actualidad de forma provisional”.
Se trata de una convocatoria interna a la que podían presentarse los agentes con categoría de oficiales. De hecho, se presentaron varios oficiales, y finalmente fue asignada de manera definitiva el 19 de octubre por orden 214 al “oficial en servicio activo con número profesional 7327”, que es el agente que ocupaba el puesto de manera provisional.
De esta forma, cuando llegue la resolución del Juzgado, si es el caso de que vuelve a dar la razón al guía apartado, se puede abrir un conflicto al estar la vacante adjudicada y ya existir un oficial con la plaza asignada por convocatoria interna.
Además, el Ayuntamiento se enfrenta a otro conflicto. Entre los que se presentaron a cubrir esta plaza también reina el malestar, ya que consideran que la mayoría tienen más méritos que el agente al que se la han asignado, incluso uno de ellos se está planteando acudir a los tribunales.
Todo un tira y afloja, ahora en los tribunales, que tiene en medio a un perro que fue rescatado de la calle para convertirse en perro policía y que entre la justicia y el covid sigue sin actividad alguna.
La historia de Stan Lee comenzó hace poco más de un año, cuando el entonces responsable de la Unidad Canina de la Policía Local de Granada, Óscar del Pino, se lo encontró abandonado y pidió permiso para educarlo e integrarlo en la Unidad. A los responsables políticos de entonces, bajo las siglas del PSOE, no se les escapó que este perro sería un buen escaparate ante la ciudadanía. Los integrantes de la Unidad Canina hicieron por las redes sociales una especie de convocatoria para que los granadinos decidiesen su nombre. Con votaciones y miles de post, acabó llamándose Stan Lee y comenzó su preparación para ser agente local.
Pero al cachorro le pilló por medio unas elecciones municipales y tuvo la mala suerte de que cambió el color del equipo de Gobierno. Una de las primeras decisiones fue apartar de la Unidad Canina al responsable nombrado por el anterior equipo, a la postre también el guía de Stan Lee. Esto llevó al animal a estar recluido en un chenil.
A los seis meses Stan Lee saltó de nuevo a los medios al presentar su guía una denuncia por maltrato por lo que calificó de “condena al ostracismo” de Stan como castigo hacia él por ser “delegado sindical”.
Las redes, los medios, los ciudadanos... se volcaron y pidieron al Ayuntamiento que se le diese en adopción a su guía. El Consistorio acabó aceptando que se pudiese ir con Óscar, pero bajo la figura de la cesión, lo que el agente no aceptó.
Para zanjar la polémica, los responsables políticos realizaron un “tour” de prensa para mostrar al perro feliz en un nuevo “destino” entre niños con necesidades especiales en el Centro Jean Piaget, algo muy criticado desde los profesionales en terapia con animales por falta de formación de Stand Lee que en un día pasó de perro policía a perro de terapia.
Así, Stan Lee primero fue imagen por las redes sociales de un equipo de Gobierno por ser rescatado y destinado como agente canino y luego fue nuevamente imagen, pero de otro color político y “vendido” como terapeuta haciendo feliz a niños con discapacidad.
Algunos perros de unidades caninas son víctimas de enfrentamientos entre políticos