¿Qué tiene prohibido comer tu gato?
Los gatos, como todas las mascotas, se acercan a pedir cuando te ven comer. Pero debes pensártelo antes de ofrecerle un poco de tu plato. Nuestros alimentos les pueden hacer mucho daño.
Por Almudena NEGRO
Para los gatos el alimento ideal es la mezcla de un buen pienso seco con uno húmedo. Los estómagos de los gatos digieren fantásticamente bien las proteínas, pero no les sientan tan bien los hidratos de carbono. De ahí que el buen pienso es el que no contiene cereales y sí un alto porcentaje de proteínas de origen animal (atún, salmón, pollo, buey…), libre de aditivos químicos como conservantes, saborizantes artificiales o colorantes que podrían provocar alergias a tu mascota. No hay nada como los piensos que cuenten con el respaldo de largos procesos de estudio e investigación. Una buena alimentación de tu felino contribuirá a que éste tenga menos enfermedades y viva más años.
De ahí que cuando tengas la tentación de ofrecerle un poco de tu plato, te lo pienses. Existen una serie de alimentos que consumimos mucho los humanos, pero que están prohibidos para los gatos, que enumeran Purina y Affinity. Ojo, porque pueden dañar seriamente la salud de tu mascota.
Chocolate
El dulce preferido por el ser humano contiene teobromina, un alcaloide estimulante del sistema nervioso central (SNC) que el gato no digiere bien y tarda mucho tiempo en eliminar de su organismo. Diarreas, vómitos, taquicardias, excitación o incluso la muerte de tu mascota puede ser la consecuencia de su ingesta. Así que ya sabes, el chocolate, para el humano.
Cafeína
Que estimula el sistema nervioso central, SNC, lo compruebas cada mañana. Pues para tu gato está tan prohibido como el chocolate. Él no necesita de ningún estimulante para cazar ratones.
Huesos de pollo cocinados
Algo que también vale para los perros. Al ser pequeños y fácilmente astillables, les pueden montar una buena en el estómago o en la boca.
Bebidas alcohólicas
Nada de cerveza, nada de vino. Que se le sube a la cabeza y se puede volver agresivo, sufrir somnolencia o incontinencia urinaria. Nos suena.
Aguacate
Está buenísimo, pero tiene demasiada grasa para su pequeño cuerpecito, lo que puede llevar a una pancreatitis. Por supuesto, lo mismo vale para el guacamole.
Cebolla, cebolletas, puerro y ajo
Al contener tiosulfato, que daña los glóbulos rojos de la sangre, mejor no se lo ofrezcas. Pueden causarle anemia. Claro que, ¿quién le ofrece una cebolla o un puerro a un gato?
Leche
Fotos de cachorritos con un biberón son de lo más tierno, pero una vez el gatito es destetado, su cuerpo deja de producir la enzima lactasa que permite digerir los lácteos. Si ingiere leche puede padecer diarreas, vómitos y problemas digestivos.
Embutidos, conservas de carnes y pescados
Los gatos tienen un aparato renal muy delicado, y no gestionan bien los excesos de sal. Pueden padecer hipertensión, daños renales y problemas sistémicos.
Cecina, beicon, mantequillas
Su dieta debe ser muy rica en proteínas, pero muy baja en lípidos. Las grasas son alimentos prohibidos pues pueden provocarles pancreatitis.
Dulces y productos azucarados
Lejos de los gatos ya que su metabolismo no los asimila además de que son tan “raritos” que no los disfrutan como nosotros porque su paladar no está adaptado a estos alimentos.
Carne o pescado crudos
En los dibujos animados siempre hay gatos corriendo detrás de raspas de sardinas, pero en realidad no son buenos alimentos para ellos. Aunque están adaptados a digerir y extraer los nutrientes de los alimentos animales crudos, debemos evitarlos porque pueden adquirir peligrosos parásitos. La ingestión de carne cruda es la única vía de contagio de Toxoplasma para el gato y el pescado puede ser portador de Anisakis.
A esta planta, ni te acerques
Inapetencia, dermatitis en piel y ojos, letargo, vómitos, diarrea, deshidratación, dolor abdominal… si tu gato sale habitualmente al campo y sufre alguno de estos síntomas, es posible que haya estado mordisqueando alguna hierba. Y algunas de ellas son venenosas para él. Lo mejor, renunciar a tenerlas en tu casa. Algunas son:
La flor de Navidad o poinsetia. Produce diarreas, vómitos y dolor abdominal por su contenido en savia blanca o látex. Si tu gato se roza con ella puede sufrir dermatitis.
Liliáceas. Las más peligrosas de todas. Ojo, porque suelen estar en adornos florales. Causan un fallo renal agudo en gatos y, además, por exposición a cualquier parte de ellas, lo mismo da que sea al tallo que al estambre, las raíces y hasta el polen. Si tu gato entra en contacto con una de ellas podrá tener vómitos, orinar más de lo normal, anorexia, o beber más de lo normal. En máximo 4 días se producirá el fallo renal. La mayoría muere en un plazo máximo de una semana y los que consiguen sobrevivir quedan “tocados” para siempre.
El acebo contiene saponinas que les causará problemas gastrointestinales.
El muérdago contiene viscotoxina y les puede producir dificultades respiratorias, frecuencias cardíacas bajas o bradicaria y daños cardiovasculares.
La adelfa también es peligrosa para tu compañero. Contiene glucósidos cardíacos que inhiben la producción de la bomba de sodio y potasio, lo que lleva a que la actividad eléctrica del corazón se ralentice. Son causa de muerte súbita en gatos y la toxicidad se encuentra en todas las partes de la planta.
La azalea da lugar a fallos neurológicos, gastrointestinales o cardiovasculares.
Otras plantas nada recomendables para los gatos son el aloe vera, hortensia, prímulas, jacinto, poto, hiedra, eucalipto, lirio trepador, marihuana, hiedra, tulipán o el laurel.
Beneficiosas
Claro que otras plantas le pueden venir muy bien. El jengibre, por ejemplo, ayudará a tu gato a aliviar trastornos digestivos; la manzanilla, como para ti, ayuda en problemas con el tracto gastrointestinal o la conjuntivitis o clamidia de ojos felina; la hierba gatera les encanta, pero cuidado, porque para ellos es como una verdadera droga, que los atrae irremediablemente por su olor, pero que estimulará su sistema nervioso.