Puntos críticos en perros de IPO
Por Nuria OTERO QUEIJAS, licenciada en Veterinaria Diplomada en Acupuntura (ESTP); diplomada en Quiropráctica Animal (AIQA); College of Animal Chiropractors certified (COAC); DGERT en Rehabilitación y Fisioterapia Veterinaria WVAG, GPCert In wenstern acupuncture and chronic pain managemen.
En todos los perros que practican algún deporte, y especialmente los que hacen IPO, una de las disciplinas más exigentes con el perro, realizar una medicina preventiva se hace imprescindible para mantener un buen estado de salud de los perros. Para ello es importante conocer las patologías más frecuentes que puede sufrir el can en esta disciplina y estar atentos ante gestos que puedan indicar el inicio de una lesión en estados tempranos como puede ser la disminución del rendimiento en sus ejercicios diarios.
Las cinco premisas fundamentales de toda medicina preventiva en deporte canino por parte del especialista veterinario son: la profiláctica (conservación de la salud), el conocimiento del deporte que realiza el perro; el conocimiento del atleta; la disminución del estrés físico y la detección precoz de lesiones. En IPO, al ser un deporte muy particular donde los perros tienen un nivel muy alto de exigencia en cuanto a posiciones y movimientos específicos, la medicina preventiva, las patologías que puede sufrir el perro y la rehabilitación que debe hacer son también bastante específicas.
Por ello, para que el animal tenga un buen rendimiento sin sufrir lesiones innecesarias es imprescindible que el guía del animal adapte tanto la alimentación como la preparación física a las exigencias del IPO, e incluir como parte de su entrenamiento los exámenes preventivos.
Como en toda práctica deportiva, un buen entrenamiento es la base para conseguir una actividad saludable que provoque siempre efectos positivos en el perro. Debe ser adecuado y paulatino; la carga ha de aumentar progresivamente y ser constante y permanente; hay que evitar tanto el sobreentrenamiento como el subentrenamiento y, muy importante, las recuperaciones incompletas.
Los exámenes veterinarios deben ser periódicos y estar incluidos como rutina en todo perro que practica un deporte de esta envergadura. Así, la frecuencia mínima de estos reconocimientos en los que se incluyen un examen físico, ortopédico y neurológico completo es de seis meses si el animal es joven y sano; y de tres meses para el examen y tratamiento quiropráctico. Si el perro ha sufrido ya alguna lesión con anterioridad o está recuperándose de alguna, es el veterinario especialista el que debe marcar la frecuencia de los exámenes periódicos.
Entre las patologías más frecuentes detectadas en los perros que practican IPO a nivel profesional está la muscular, la más evidente suele ser la patología aguda, así como malos diagnósticos de patologías crónicas, de aquí la importancia de los diagnósticos precoces, que en un alto porcentaje podrían evitarlas.
Los factores desencadenantes de estas lesiones los podemos clasificar en directos: como caídas, golpes, tirones, una mala intervención del guía; o indirectos: como ausencia de precalentamiento; disfunción neuromuscular; descompensaciones; microtraumatismos por movimientos repetitivos; conformación ( brevilíneos, hipermusculados); un mal entrenamiento; sobreentrenamiento e incluso la actuación del guía.
En los perros especialistas en las distintas áreas de IPO, encontramos unas zonas críticas en las que la medicina preventiva puede jugar un papel importante. Estas abarcan la articulación temporomandibular, cervicales, articulación lumbosacra, rodillas y problemas musculares asociados a sobrecarga o microtraumatismos.
En cuanto a los problemas ortopédicos, estos suelen ser: displasia de cadera, displasia de codo, OCD, luxación de rótula, estenosis lumbosacra, tenosinovitis bicipital, contractura infraespinoso/supraespinoso, contractura del músculo iliopsoas, miopatía gracilis-semitendinoso-semimebranoso, rotura LCA, cervicales-ATM o articulación lumbosacra.
Referente a las patologías musculares asociadas al miembro posterior normalmente implican a los músculos iliopsoas, complejo gracilis-semitendinoso-semimembranoso, y gastrocnemio. En lo tocante al miembro anterior, puntos gatillo dolorosos en deltoides o tríceps ,o tendinopatías bicipitales son relativamente frecuentes. Las patologías articulares más comunes afectan a la articulación de la rodilla (rotura de ligamento cruzado anterior) .
Sobre las cervicales, algunas razas grandes tienen predisposición a la patología cervical. Otras cosas que influyen son collar (tracción), posturas mantenidas, manga, subluxación por posturas mantenidas, subluxaciones por tracción, subluxaciones por impacto al entrar a la manga (por relación anatómica con la articulación temporo-mandibular), sacudidas y “voladuras”.
En lo referente a la cabeza, su funcionamiento biomecánico correcto es muy importante en toda la función del animal. Los principales puntos críticos son: paso y equilibrio; cadena cinemática con atlas y axis (1ª y 2ª cervical); el sistema estomatognático y columna vertebral mismo origen embrionario; conexión funcional con sacro y pelvis vía duramadre; disfunción en sistema estomatognático; disfunción orgánica.
Por último, en la columna lumbar y lumbosacra los principales problemas sobrevenidos son: una columna lumbar afectada por procesos degenerativos, posturales o antiálgidos, que además recibe transmisión de fuerzas de lumbosacra, sacroilíaca y coxofemoral. Y también una lumbosacra muy flexible (20º), movimiento de bisagra o zona expuesta a tensión frecuentes molestias.
Ante la aparición de alguna cojera hay varios pasos que se deben seguir: observar al paso; observar al trote; observar por delante y por detrás; subir (acentúa cojeras de extremidades posteriores); bajar (acentúa cojera de extremidades anteriores); girar (el perro se aleja de la extremidad afectada); sentado (observar posiciones anómalas); observar detenidamente en estación; palpar,→buscar zonas de atrofia, zonas inflamadas hinchadas, calientes, puntos de dolor; comparar una extremidad con la otra; realizar examen de extremidades; realizar examen espinal.
Por último, ante un indicio de que algo va mal, lo primero y más urgente es parar todo entrenamiento para evitar lesiones mayores e incluso irreversibles que pueda sufrir el perro. Si la patología que observamos se puede calificar de aguda, como primeros auxilios, hay que poner frío y comprensión, dejar al perro en reposo y acudir al veterinario.
Para otras patologías de otro tipo el perro debe estar en reposo y hay que identificar el punto de dolor y seguir la evolución. Es bueno aplicar calor, masajes, estiramientos, comprensión y sólo volver al entrenamiento cuando la recuperación es completa y siempre de forma paulatina y controlando el nivel de actividad que hace el perro. En el caso de que la recuperación no sea completa se debe acudir al veterinario.
La prevención de las lesiones siempre es la mejor medicina para nuestro perro. Para ello se deben seguir unas pautas muy marcadas en todo entrenamiento:
1- Calentamiento: es activo; mejora el rendimiento y velocidad; prepara para el ejercicio; evita lesiones; mejor si podemos reproducir práctica deportiva a menor intensidad; caminar, trotar, ochos, estiramientos activos, mantener al perro caliente antes del ejercicio; masaje de deslizamiento para preparar musculatura.
2- Enfriamiento: debe ser gradual; aporta beneficio físico (retorno a constantes fisiológicas) y mental (estado de transición); caminar o trote lento de 5 a 10 min; hidratar (cuidado grandes ingestas); no dejar transcurrir más tiempo antes de estirar.
3- Estiramientos pasivos: tras la fase de enfriamiento → ¡límite 10 minutos!; mejoran la flexibilidad, recuperamos longitud; previenen lesiones, contracturas, vicios posturales; mejoran la circulación y el metabolismo; mejoran el rango de movimiento articular, la coordinación y el tiempo de respuesta; ayudan a detectar molestias o zonas de dolor.
4- Masaje: mejora la tensión muscular por dolor y la función de articulaciones y músculos; ayuda a mejorar la circulación, el rendimiento deportivo y a reducir adherencias; importante para el mantenimiento de una buena postura, regular el tono muscular, preparar el músculo para el entrenamiento y se debe hacer al final del entrenamiento. Los masajes con contraindicados en caso de inflamación aguda, flebitis, quemaduras, dermatitis, neoplasia, fracturas no consolidadas, esguinces o estiramientos agudos.
Hay varios signos que nos indican que llega el momento de parar toda actividad con nuestro perro como disminución de su rendimiento deportivo; que rehúse ciertos movimientos; cojeras; posturas inusuales; una deficiente recuperación tras el esfuerzo: movimientos de sacudida de cabeza o rigidez cervical.