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Las mascotas, en peligro por el cambio climático

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La imagen de un perro en una furgoneta hundiéndose arrastrada por el agua en la rambla Cervera de Benicarló ha abierto el debate sobre la situación de las mascotas en los desastres naturales

El temporal de lluvia en la Comunidad Valenciana ha dejado imágenes impactantes, como la del rescate extremo realizado por los Bomberos de Castellón de un conductor segundos antes de que su furgoneta fuese arrastrada por el agua en la rambla Cervera de Benicarló con un perro dentro en el asiento del copiloto.

Por Emer IGLESIAS

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Este caso, que tuvo final feliz porque a pesar de que el torrente de agua arrastró el vehículo y llegó a hundirlo varias veces con el animal dentro, éste consiguió salir por sus propios medios y apareció nadando hacia los equipos de rescate, no es lo más común en los desastres naturales cada vez más normales por el cambio climático que sufre el planeta.
Según un estudio reciente realizado por cuatro investigadores de la Universidad de Columbia de Vancouver, Canadá, las mascotas o animales de compañía impactan y son impactados por el cambio climático a través de sus relaciones intrínsecamente vinculadas con la sociedad humana. Por ello concluyen que tanto la comunidad veterinaria como la científica de animales son dos estamentos “bien preparados para abordar la crisis climática que vivimos”.
Veamos por qué. El 22 de abril de 2016, Día de la Tierra, casi 200 países de todo el mundo firmaron el Acuerdo de París dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Desde entonces, los países han implementado estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y han asignado fondos y recursos para combatir el cambio climático. Sin embargo “la carga de actuar no recae únicamente en los gobiernos. Como científicos, podemos promover los objetivos del Acuerdo de París en nuestros propios campos científicos y aplicados al examinar cómo podemos disminuir el impacto actual de nuestra población de estudio sobre el clima y cómo podemos disminuir los efectos nocivos del cambio climático inminente”, ya que según su opinión, “la intersección del cambio climático global y la interacción animal-humano de compañía, y su aplicación, aún no se ha abordado seriamente”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el cambio climático es la amenaza más importante para la salud pública. Por su parte los científicos predicen que el cambio climático aumentará aún más la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, lo que provocará más desastres que afectarán a las comunidades en todo el mundo.
En esta crisis climática, los más de 500 millones de perros domésticos que hay en el mundo juegan un papel importante.
En este trabajo, el equipo liderado por Alexandra Protopopova, responsable del programa de bienestar animal de la Universidad de Colombia, estudian tanto como el impacto del cambio climático afecta directamente o indirectamente a los animales de compañía así como la contribución del vínculo humano-animal a esta crisis climática.
Una de las primeras conclusiones es que el aumento del clima tiene un fuerte impacto directo en la salud de los animales incrementándose las muertes de perros en vehículos calientes, las mordeduras de perros, las infecciones de rabia, la propagación de enfermedades infecciosas incluidas zoonosis emergentes, las garrapatas y las enfermedades transmitidas por ellas o las infecciones por gusanos del corazón.
Obesidad
Un segundo daño del cambio climático que sufrimos es la modificación de los hábitos de cuidado de los dueños de las mascotas. Climas extremos reducen las salidas de los animales de las casas y por ende el ejercicio que realizan, lo que puede exacerbar aún más la obesidad de las mascotas, o poner en peligro el vínculo humano-perro lo que puede abocar a problemas de comportamiento como ladridos, hiperactividad y agresión.
Migraciones
En tercer lugar, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) mantiene que el impacto individual más significativo del cambio climático será en los eventos de migración humana. Se espera que 200 millones de personas se conviertan en ‘refugiados climáticos’ en 2050 y “como los animales de compañía van dónde va la gente, podemos suponer que una mayor proporción de animales de compañía también migrará con sus dueños”.
Según los expertos, el transporte de larga distancia es un factor estresante directo para los animales de compañía. Los perros muestran marcadores conductuales y fisiológicos de estrés durante el transporte terrestre y aéreo; además los animales importados y transportados también pueden traer enfermedades zoonóticas “exóticas” que no son endémicas en las comunidades de destino.
Los dueños pueden optar por dejar atrás a sus animales de compañía cuando se ven obligados a moverse por varias razones como la creencia de que volverán con el animal en breve, estar fuera de casa en el momento del desastre o no poder llevar a los animales a alojamientos de emergencia. “Los animales con o sin dueño que se dejan atrás durante las emergencias pueden presentar riesgos adicionales para la salud de los humanos y los animales, incluida una mayor transmisión de enfermedades zoonóticas, contaminación del agua y los alimentos, y una mayor agresión hacia otros animales y humanos debido al miedo”, matizan.
Desastres y animales de compañía
La fuerza del vínculo humano-animal es particularmente evidente durante tiempos de desastre, donde los dueños de mascotas a menudo eligen arriesgar sus propias vidas para salvar a los animales de incendios, inundaciones y huracanes.
Muy pocos planes de desastre de los gobiernos incorporan animales de compañía y las investigaciones muestran que tener una mascota aumenta el riesgo de incumplimiento de la evacuación y de intentos de reingreso temprano no autorizados. Esto no solo crea riesgos tanto para el dueño de la mascota como para el animal, sino también para los equipos de emergencias. “Las decisiones difíciles durante emergencias y desastres naturales elevan el riesgo para los dueños de mascotas, sus animales y la comunidad, lo que indica que el vínculo humano-animal no debe ser trivializado al planificar estos eventos”.
“La separación forzada de las mascotas puede afectar negativamente la salud mental de los dueños de mascotas y la pérdida de un perro en el caso de un desastre natural genera un duelo y una pena significativos, aumenta el riesgo de estrés postraumático e intensifica la gravedad de los síntomas depresivos después del desastre. Además, las familias que se separan de los animales de compañía durante los desastres enfrentan más desafíos cuando intentan encontrar a sus mascotas”.
Resiliencia
Aunque tener una mascota crea un mayor riesgo durante los desastres, los animales de compañía aumentan simultáneamente la resiliencia de los humanos, reducen la angustia asociada con eventos traumáticos, y el vínculo humano-animal puede actuar como un fuerte apoyo después de los desastres. “Por lo tanto, la fuerza del vínculo humano-animal de compañía merece una consideración adecuada durante la preparación y el manejo de desastres”.
A modo de conclusión, los cuatro investigadores canadienses que han realizado este estudio, indican que “El cambio climático ha sido reconocido como el asunto más urgente que afecta a la sociedad humana. Los animales de compañía impactan y son impactados por el clima cambiante a través de sus relaciones intrínsecamente vinculadas con las personas. Y los científicos de animales de compañía, que a menudo son generalistas y pensadores de sistemas, están en una posición ideal para abordar estos impactos. La cruda realidad es que nuestro clima está cambiando y está afectando todos los aspectos de nuestras vidas, incluida nuestra ciencia, nuestras poblaciones de estudio y nuestras comunidades”.

 

Agudizan la crisis
A nivel mundial, se estima que los alimentos para mascotas signfican entre el 1,1 y el 2,9% de las emisiones de GEI de la agricultura mundial y aproximadamente el 1% del uso de la tierra agrícola mundial.
Además de la alimentación es probable que otros comportamientos de cuidado del propietario también tengan un impacto ambiental. Por ejemplo, pueden usar su automóvil para llevar a su perro a oportunidades de ejercicio, el sector del transporte produce emisiones sustanciales de dióxido de carbono. Además, la mayoría de los productos para el cuidado de los animales, incluidos alimentos, juguetes, bolsas para desechos y suministros médicos veterinarios, están compuestos de plásticos de un solo uso. Sin embargo, los impactos del cuidado de los animales de compañía en la contribución a la contaminación plástica no están bien estudiados.

Perros salvajes africanos, en peligro de extinción por el clima

La vida silvestre está respondiendo y adaptándose al cambio climático de varias maneras. Algunas adaptaciones son más obvias. Las plantas con flores, por ejemplo, florecen antes cada año en partes del hemisferio norte, ya que el cambio climático hace que el inicio de la primavera sea cada vez más temprano en el calendario.
Otras adaptaciones son más encubiertas, como se ha descubierto en el caso del perro salvaje africano, un gran carnívoro en peligro de extinción con una población mundial de menos de 700 manadas (menos de 7.000 individuos) repartidas por todo el continente africano en subpoblaciones aisladas. Por lo general, crían a sus cachorros en los meses más fríos de cada año. Sin embargo, un nuevo estudio muestra que se están adaptando a las temperaturas más cálidas al dar a luz más tarde cada año a medida que siguen un período de enfriamiento cada vez más reducido.
Al seguir el destino de 60 manadas de perros salvajes africanos en el delta del Okavango en Botswana, la subpoblación restante más grande de la especie, observaron que la fecha promedio de nacimiento ahora ocurre más de tres semanas más tarde que hace tres décadas. Este cambio siguió casi perfectamente un aumento de la temperatura diaria promedio de 1,6 °C durante ese mismo período.
A primera vista, nuestro hallazgo de que los perros salvajes siguen el ritmo del calentamiento sugiere que no hay motivo de alarma. Los cachorros nacidos en los meses más fríos tienen más probabilidades de sobrevivir, así que, ¿no es esta solo una estrategia eficaz para hacer frente a un clima cambiante? Lamentablemente no.
Como el período más frío del año también se acorta, el efecto neto de rastrear estos cambios de temperatura es que los perros salvajes ahora, sin darse cuenta, crían a sus cachorros en temperaturas más cálidas.
Esto es un problema porque las temperaturas más altas después del nacimiento afectan las tasas de supervivencia de las crías. Durante los tres meses del año, cuando los cachorros vulnerables permanecen en la seguridad de la guarida, la manada tiene que viajar largas distancias entre sus cotos de caza y la guarida. Es posible que los costos de viaje de estas entregas diarias de carne expliquen por qué menos cachorros tienden a sobrevivir en las épocas más calurosas del año. El aumento de la mortalidad es una gran amenaza para una especie como los perros salvajes africanos, cuya supervivencia depende de su número. Menos cachorros que sobreviven significan menos ayudantes futuros para encontrar comida, lo que resulta en menos cachorros el próximo año, lo que a su vez resulta en menos ayudantes.

Los datos
359 mil millones de dólares es lo que se prevé que mueva el mercado global de suministros y cuidado de mascotas en 2027
200 millones de personas se convertirán en “refugiados climáticos” en 2050

1% del uso de la tierra agrícola mundial está destinado a la alimentación de nuestras mascotas

(Páginas 4-7)

 

 

 

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