250 beagles esperan su muerte en laboratorios españoles
Utilizados para probar la efectividad de “novedosos” implantes dentales, forman parte del 26,5% de los proyectos de experimentación autorizados por el Ministerio de Agricultura que prevén la eutanasia de los animales por el daño infligido.
Por Carlos XESTAL
En España hay en marcha 49 proyectos de experimentación animal autorizados por el Ministerio de Agricultura, MAPA, que utilizan un total de 1.167 perros, casi todos de la raza beagle, de los que 250 serán sacrificados al final del trabajo debido a los graves daños infligidos al probar en ellos nuevos implantes dentales durante unas investigaciones que duran entre seis meses y 5 años.
Según los resúmenes no técnicos publicados por el MAPA, los perros utilizados, todos ellos adultos, están siendo sometidos en su mayoría a “novedosos” implantes óseos dentales dirigidos a la regeneración de la mandíbula, con el objetivo de comprobar tanto la capacidad regeneradora de estos nuevos materiales como su resistencia a infecciones, investigar los factores clave que influyen en la curación de los tejidos duros y blandos, buscar un tratamiento efectivo frente a posibles infecciones o evaluar la eficacia en la cicatrización de nuevos tornillos.
Todos estos perros sufren en sus mandíbulas intervenciones quirúrgicas que les proporcionan daños calificados de moderados, por lo que los investigadores han optado en todos los casos por la eutanasia al final del trabajo, según consta en los resúmenes no técnicos publicados por el Ministerio.
Estos documentos no técnicos deben “proporcionar información a los ciudadanos sobre el modo y las razones por las que se utilizan animales con fines científicos o de docencia”.
Uno de los ejes básicos del concepto de protección animal en investigación es el de las tres erres, que se cimenta en tres ideas:
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El Reemplazo de animales por otras opciones en las que éstos no se utilicen, como son, por ejemplo, los medios audiovisuales o las técnicas de realidad virtual.
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La Reducción de su número, gracias al desarrollo y aplicación de estudios estadísticos, que permitan establecer claramente cuál es la cantidad mínima de individuos que permiten obtener resultados científicos satisfactorios, o de la elección de las especies animales más adecuadas al estudio a realizar.
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El Refinamiento de las actuaciones sobre los animales, y la mejora de sus condiciones de vida. Asociados a esta idea se impulsan conceptos como el enriquecimiento ambiental, el uso de anestesia y analgesia, la clasificación de severidad de los procedimientos o el establecimiento de criterios de punto final tempranos.
Resultados científicos
Pero hay una coletilla que puede llegar a eximir a los investigadores de cumplir con las erres: “siempre que estas actuaciones no menoscaben la calidad de los resultados científicos que se esperan obtener”, indica el MAPA.
Examinar uno por uno estos proyectos pone los pelos de punta al pensar en el “necesario” sufrimiento que deben soportar estos canes que además nacen en “cautividad” porque su vida está dirigida expresa y únicamente a ser objeto de prueba de nuevos tratamientos que luego se puedan extrapolar a los humanos.
En la actualidad, prácticamente todos los proyectos que acaban con el sacrificio del perro se centran en buscar mejores implantes y su compatibilidad para luego usar en clínicas odontológicas. Aunque casi todos estos animales “usados” son beagle, en uno de los proyectos con una duración de 23 semanas, los perros elegidos son tres golden retriever “por la necesidad de una mandíbula más ancha para comprobar si dos implantes dentales con un diseño topográfico novedoso ofrecen una mejora en la regeneración ósea simultánea a la colocación de implantes en medicina humana”.
La raza canina beagle es la elegida en la mayoría de proyectos de experimentación que cada año autoriza y publica el Ministerio de Agricultura, dentro de su política de proporcionar información a los ciudadanos interesados sobre el modo y las razones por las que se utilizan animales con fines científicos o de docencia.
No solo en España, prácticamente en el mundo entero los seleccionados son los beagle. “Lamentablemente son la raza elegida por las mismas razones por las que son excelentes compañeros de familia. Los beagle son dóciles, agradables a la gente y muy indulgentes. Son fáciles de ‘mantener’ en jaulas y no tienen tendencia a morder cuando se lastiman”, indica a LADRIDOS Shannon Keith, presidente de Beagle Freedom Project, BFP, organización sin fines de lucro líder mundial en rescatar a estos animales, y que en los últimos años ha liberado de la muerte a más de 1.500 perros utilizados en investigación experimental. “Nos comunicamos con las instalaciones que realizan pruebas y les pedimos que trabajen con nosotros para liberar a sus animales en lugar de matarlos cuando terminen las pruebas”, matiza Keith.
La elección de esta raza prácticamente en exclusiva ha llevado a millonarios negocios centrados en criar como churros a perros beagle especialmente seleccionados para experimentar con ellos en laboratorios. Uno de estos grandes negocios, el Groupe Marshall BioResources, está ubicado en Francia. Marshall tiene una granja protegida como un fortín en Auvergne que cada año proporciona entre mil o dos mil beagles a diferentes laboratorios de experimentación científica repartidos por el mundo entero. Según fuentes de la compañía, España es uno de sus clientes.
El Grupo, que lleva vendiendo perros más de 75 años, indica que sus “animales han contribuido al desarrollo de terapias y tratamientos que salvan vidas tanto para humanos como para animales. Nos regimos por los más altos estándares de salud y calidad, y la acreditación AAALAC sirve para mejorar nuestro máximo compromiso con el cuidado y el bienestar de los animales”.
Marca registrada
Con respecto a los beagles tiene hasta una marca registrada, el Beagle Marshall ®, que aseguran “Durante más de 50 años ha contribuido a las pruebas de seguridad y eficacia de nuevos medicamentos y terapias para humanos y animales”.
Son animales criados en sus instalaciones que viven como en una burbuja, cuya singularidad es su “limpieza” gracias a su perfil de anticuerpos. “Son los beagles más limpios disponibles, lo que los convierte en el mejor modelo canino para desarrollar nuevos medicamentos veterinarios y vacunas comercializadas para mascotas”, indican desde la empresa.
“Los Marshall Beagle ®, con un temperamento suave, se crían en un entorno de barrera completo y permanecen sin vacunar. Los perros son negativos en anticuerpos para muchos patógenos caninos comunes, incluidos los tipos de adenovirus 1 y 2, moquillo, virus del herpes, parainfluenza, parvovirus, rabia, borrelia, erlichia y leptospira. También permanecen libres de infecciones subclínicas, incluidas Giardia y Coccidia”, añaden desde esta fábrica de beagle con el objeto de vender sus cachorros.
Representantes de L214, una asociación de protección animal francesa, realizaron un vídeo sobre esta empresa desde los alrededores para denunciar como “las perras producen en masa estos cachorros destinados a diversos y variados experimentos en el mundo”.
Sus imágenes muestran unas instalaciones limpias y cuidadas donde los beagle permanecen en unos cheniles con zonas cerradas y abiertas. Una máquina porta una jaula donde los meten a decenas seguramente para prepararlos para viajar a algún laboratorio de experimentación que los haya adquirido.
Número de usos
En España durante 2019 el número de usos de animales en proyectos de experimentación ascendió a 817.742, de los que 1.463 fueron perros. Desde 2014 las administraciones están obligadas a informar sobre el número de uso de animales en experimentación, por lo que no se conoce el número real de perros con los que cada laboratorio trabaja, ya que muchos son reutilizados.
El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) reconoce que los animales son seres sensibles y establece que por tanto se han de tener plenamente en cuenta las exigencias de bienestar animal también al formular y aplicar la política de investigación y desarrollo tecnológico.
Además, los países, según la directiva europea 2010/63/UE desarrollada en el Real Decreto 53/2013, de 1 de febrero, están obligados a publicar información estadística anual sobre la utilización de los animales en procedimientos de experimentación.
Más sin recuperación
El último informe de Agricultura, con datos de 2019, marca una tendencia de descenso en los animales sometidos a procedimientos sin recuperación, pasando de un 4,7% en 2018 al 6,9% en 2019; también a los que se les hace daño severo, que suben del 6,61% al 7,53%. Por el contrario, los que sufren consecuencias leves (51,47 en 2018, 48,83% en 2019) disminuyen al igual que los trabajos con daño moderado en el animal (36,16%-36,74%).
Según el MAPA, el número de usos severos ha aumentado por el desarrollo de diferentes proyectos relacionados con el dolor crónico, receptores del dolor y usos de nuevos fármacos y enfermedades discapacitantes”. En lo referente al destino de los resultados de las investigaciones, en 2019 menos de la mitad van dirigidas a los humanos y más del 40% a los animales, de las que un 19,2% tuvieron por objeto descubrir nuevas técnicas para implementar el bienestar animal. Frente a 2018 cuando un 70,38% de las experimentaciones tenían como resultados descubrir nuevas técnicas para solucionar enfermedades humanas y un 23,98% para dolencias animales.
Los datos
49 proyectos de experimentación con canes
1.167 perros “usados” en estos trabajos
0,5 a 5 años duran las investigaciones que tienen como final el sacrificio
Laboratorios: caldo de experimentación con perros