La raza solo determina el 9% del comportamiento canino
El proyecto “El Arca de Darwin” tras estudiar el ADN de 2.155 perros y entrevistar a 18.385 dueños concluye que la raza solo determina el 9% del comportamiento canino y que este se encuentra influenciado por el medio ambiente. Optar por un determinado compañero de cuatro patas porque los de esa “marca” son nobles, cariñosos o buenos, puede llevar a error en la selección de nuestra mascota.
Por Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales (ANACP)
Las razas de perros domésticos modernos tienen más o menos 160 años y son el resultado de la selección de rasgos fenotípicos específicos. Para investigar cómo la genética estaba unida a las características de cada raza canina, Kathleen Morrill, especialista en Biología Integrativa de la facultad de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts y su equipo de investigación secuenció el ADN de más de 2000 perros de raza pura y mestiza. Estos datos, junto con encuestas realizadas a los propietarios, se utilizaron para construir un mapa genético asociado con rasgos físicos y de comportamiento.
A través de este proyecto científico llamado “El Arca de Darwin” (darwinsark.org), se han inscrito una cantidad diversa de perros domésticos para explorar cómo la genética da forma a rasgos de comportamiento complejos. El Arca de Darwin es una iniciativa científica revolucionaria y colaborativa que reúne a las mejores mentes en genética, medicina y comportamiento, incluidos los dueños de mascotas, que conocen a sus mascotas mejor que cualquier científico. Equipos del Broad Institute de Harvard y el MIT, y la Facultad de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts están trabajando con los dueños de mascotas para comprender las interacciones entre la genética y el medio ambiente y trabajar para mejorar la vida de las mascotas y las personas.
Antes del siglo XIX, los perros eran seleccionados principalmente para funciones como cazar, proteger y pastorear, comportamientos hereditarios derivados de la secuencia depredadora del lobo. Las razas modernas conservan estos patrones motores componentes, pero sus contextos, secuencias y umbrales varían. A las razas se les atribuyen comúnmente temperamentos y tendencias de comportamiento basadas en la supuesta función de la población de origen ancestral. Por extensión, se supone que la ascendencia racial de cada perro predice el temperamento y el comportamiento, pero no está claro hasta qué punto persisten las antiguas tendencias conductuales en las razas modernas, definidas principalmente por la estética y a menudo desconectadas de la selección conductual funcional.
Aunque muchos rasgos físicos estaban asociados con las razas, el comportamiento era mucho más variable entre los perros individuales. Entre los rasgos de comportamiento, la capacidad de responder (cómo de bien responden los perros a las instrucciones humanas) fue el más heredable por raza, pero varió significativamente entre perros de forma individual.
Trastornos
Los perros son un sistema natural para investigar la genética de rasgos complejos. Millones de perros domésticos viven en hogares humanos, comparten nuestro entorno y reciben atención médica sofisticada. Los trastornos del comportamiento en algunos casos se tratan con fármacos psiquiátricos humanos, logrando tasas de respuesta similares, y los estudios genéticos sugieren una etiología compartida con algunas afecciones psiquiátricas humanas.
El Arca de Darwin se ha desarrollado como un recurso de datos abiertos para recopilar fenotipos y datos genéticos informados por los propietarios e invitan a cualquier dueño de perro a inscribir a su perro.
Hereditarios
Encuestaron a los dueños de 18.385 perros (49% de pura raza) y secuenciaron el ADN de 2155 perros. La mayoría de los rasgos de comportamiento son hereditarios, pero el comportamiento solo diferencia sutilmente las razas. La raza ofrece poco valor predictivo para los individuos, explicando sólo el 9% de la variación en el comportamiento. Para rasgos más hereditarios y diferenciados por raza, como la capacidad de responder (capacidad de respuesta a instrucciones y órdenes), conocer la ascendencia de la raza puede hacer que las predicciones de comportamiento sean algo más precisas. Para rasgos menos hereditarios y diferenciados por raza, como el umbral agonístico (la facilidad con la que un perro se siente provocado por estímulos aterradores o incómodos), la raza casi no informa.
A través de la asociación de todo el genoma, encontraron 11 regiones que están significativamente asociadas con el comportamiento, incluida la frecuencia de los aullidos y la sociabilidad humana, y 136 regiones sugestivas. Las regiones asociadas con rasgos estéticos están inusualmente diferenciadas en las razas, lo que es consistente con una historia de selección, pero las asociadas con el comportamiento no.
Rasgos estéticos
Se muestra que las características de comportamiento atribuidas a las razas modernas son poligénicas, están influenciadas por el medio ambiente y se encuentran, con prevalencia variable, en todas las razas. Proponen que los comportamientos percibidos como característicos de las razas modernas se derivan de miles de años de adaptación poligénica anterior a la formación de la raza, distinguiéndose las razas modernas principalmente por rasgos estéticos.
Por lo tanto, la raza del perro generalmente es un mal predictor del comportamiento individual y no debe usarse para tomar decisiones relacionadas con la selección de un perro como mascota.
(Páginas 24 y 15)
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