Ni con Ley ni sin Ley: la falta de educación canina es la causa del 12% de abandonos
Las cifras de abandono de perros en nuestro país siguen siendo escalofriantes: un 2% de los más de 9,3 millones que existen en España acaban en protectoras, refugios o perreras y uno de cada diez es porque su dueño no ha sabido, o ni siquiera se ha preocupado, de educarlo a tiempo, según los datos de la Fundación Affinity. Los profesionales lo tienen claro: “los perros tienen que tener normas o límites claros y conocer sus consecuencias si no las cumplen o los sobrepasan”. Los problemas de comportamiento siguen siendo una de las principales causas para deshacerse del animal.
Por Emer IGLESIAS
La educación de nuestros perros es una tarea pendiente en nuestro país. Y no estamos hablando de que sepan dar la pata.
Año tras año, las cifras aportadas por la Fundación Affinity remueven conciencias -por lo menos durante unos días- sobre el abandono animal, pero el tiempo pasa y nada cambia. En 2023, un 2% de los perros de nuestro país acabó en refugios, protectoras o perreras, y lo más sangrante es que un 12% de ellos fue porque su dueño no supo educarlo y sus malos comportamientos dieron con sus huesos en una jaula.
Esta cifra es igual año tras año, 1,2 de cada diez perros recogidos por las protectoras presentan problemas de comportamiento y las familias acaban prescindiendo de su compañía. Si bien no es el principal motivo de abandono, oscila entre el segundo y el tercer puesto detrás de las camadas indeseadas o la pérdida del interés por el animal, es incomprensible que un país que se declara amante de los animales y que hace gala de crear una ley “de vanguardia” para respetar los derechos de los animales, permita que sus perros no sean educados y por ende no puedan convivir en sociedad con los humanos.
El informe de Affinity no se mete en analizar los motivos de estos abandonos más allá de una descripción genérica sobre la situación agónica de las protectoras y la constatación de que las adopciones han bajado.
La clínica veterinaria
Pero los profesionales del mundo canino lo tienen claro, prácticamente todos coinciden en que “los animales necesitan un entorno donde se conozcan sus requerimientos y necesidades, no es un problema de los animales, sino de que la gente no sabe que son perros, o que no entiende que se comportan de determinada manera”, tal como señala a LADRIDOS el veterinario Benito Pérez, de laclinicaveterinaria.com
Anacp
Según Óscar Páez, presidente de Anacp, la Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales, “estas derivas animalistas actuales están directamente relacionadas con la falta de unos límites claros en la educación canina lo que unido a la humanización que se hace del perro y sin satisfacer los instintos y necesidades de cada ejemplar, son la causa de comportamientos no deseados en el hogar. Es muy importante hacer pedagogía sobre las necesidades de los perros y los peligros de humanizarlos en exceso”.
Los Guardianes
De la misma opinión es Jean Paul Correa, director de la escuela canina Los Guardianes, quien asevera que un perro educado es un perro feliz. “No son perros jerarquizados, son sin disciplina. No saben su lugar en la manada y quieren estar por encima del líder. Si fueran educados habría menos abandonos: perro educado=perro feliz=familia feliz”.
Adiestramiento Valencia
Para el instructor de Adiestramiento Valencia, Javier Cano, uno de los problemas actuales es el antropomorfismo que se ha impuesto (confundir las emociones del perro con las emociones humanas). Aunque no todos, la mayoría de los que entran en su centro es para solucionar problemas originados por ello. “Muchos de los dueños intentan suplir las carencias emocionales que tienen con el perro, impera el antropomorfismo, lo que lleva a errores que se pagan caros casi siempre con un denominador común: lo tratan como una personita y no como un perro, que no es peyorativo tratarlo como un animal, la gente se confunde y lo trata como una persona. El perro no te va a decir esto o aquello no me gusta, no puede dialogar y te explica lo que siente usando lo que sabe, la boca”.
Bizarro, Juez
Antonio Bizarro, juez de mondioring recientemente retirado, que lleva toda una vida dedicada al perro, insiste en que “a lo largo de la historia, los perros han sido adiestrados para llevar a cabo una variedad de funciones en conjunto con los humanos, eligiéndolos meticulosamente por su inteligencia, destrezas y carácter. En la actualidad, la gran mayoría de ellos se emplean como mascotas, donde se prioriza su apariencia física sin considerar su herencia genética”.
El juez hace una crítica a la moda de las razas, “¿Para qué necesitas un border collie si no posees ovejas? ¿Un mastín si no tienes ganado? ¿Un malinois si no hay nada que proteger?”, y también del excesivo cariño (humano) que reciben, “Una de las causas del abandono de mascotas es la tendencia actual de brindarles todo el cariño posible. Si el animal proviene de un refugio y tiene una historia conmovedora, la situación se vuelve aún más atractiva. Sin embargo, con el tiempo, muchos se percatan de que su hogar se llena de pelos, que el perro no responde a las órdenes y que la responsabilidad de cuidarlo se vuelve abrumadora”, concluye.
Pedro Yagüe, guía canino
Con los perros hoy integrados en las familias el deber de enseñarles las consecuencias de sus actos es de los dueños. “El perro tiene que conocer las consecuencias de sus acciones, sean buenas o malas. Con las nuevas tendencias (adiestramiento en positivo, adiestramiento amable o como quieran denominarlo), hacer que los perros conozcan las consecuencias de su mal comportamiento es imposible”, asegura el instructor canino y guía en la Policía Nacional, Pedro Yagüe.
“El perro, para vivir con humanos (o en manada) necesita normas y tiene que saber no solo qué pasa cuando las cumple, también cuál es la consecuencia de saltárselas. Si solo hay consecuencias positivas a las acciones de un perro, este no toma el poder del sofá, toma el poder del mundo (aplicable a los humanos)”, matiza el guía.
K9 Málaga
Desde la Escuela Canina de Adiestramiento K9 Málaga, Manuel Melero, pone el acento en la falta de tiempo y de compromiso de los dueños para convivir con su perro. “Las corrientes metodológicas a la hora de abordar un problema de comportamiento no es lo que aumenta el número de abandonos, sino la falta de responsabilidad y la ausencia de tiempo de calidad. Todo esto es mucho más notable al tener cada vez más a los perros dentro de nuestros hogares. Un cambio de comportamiento lleva tiempo y actualmente la mayoría de particulares no tiene la capacidad de compromiso para aplicar lo que el entrenador pauta, o abandonan el tratamiento cuando empiezan a ver cambios antes de afianzarlos y así es imposible cambiar esta dinámica”.
IGP, Gutty Zapico
El deportista de IGP de reconocido prestigio, Gutty Zapico, echa una lanza en favor de los dueños. “Los problemas de comportamiento ha sido siempre uno de los motivos de que los dueños abandonen o se deshagan de un perro, pero también es el principal motivo de que existan los adiestradores. Sinceramente, conozco a muchos propietarios que conviven con perros que les generan problemas y buscan todo tipo de soluciones para la convivencia, incluso a costa de calidad de vida y dinero. También conozco algún caso de quien se quita el perro por los motivos más peregrinos”.
Y no duda en ser tajante sobre las actuales corrientes animalistas que ven a los perros como niños. “El animalismo es una herramienta política de nuestro tiempo, dirigida por gente radical, dogmática y de ciudad, que solo tiene un objetivo político y nunca ecológico, desvaloran al perro como lo que es, lo infantilizan y, por desgracia, han conseguido que se compre su discurso. Todos deberíamos de estar involucrados en transmitir el correcto mensaje de qué es un perro y cómo debe educarse, pero los eslóganes animalistas, repetidos hasta la saciedad, generan confusión a beneficio propio. Cuando no había animalismo radical ya existían perros que generaban problemas, mantener o abandonar a un animal es más una cuestión de conciencia y, algunas veces de la necesidad.
(Páginas 38 y 39)
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