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Agacharse, un poco de lado y ofrecer tu mano, así se saluda a un perro

 PUEDO saludo

¿Puedo tocar a tu perro? es un cuento creado para niños de Educación Infantil en el que se explica cómo debemos acercarnos a saludar a un perro que vemos por la calle. Pedir permiso y hacerlo de forma tranquila. Así se evitarán problemas que pueden derivar en traumas, para el niño o para el perro. Debemos acercarnos de lado, bajar a la altura del perro, un poco de espaldas con la mano hacia él y dejarlo que tome la iniciativa

Por Miguel PELE

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Los niños, esos locos bajitos que diría en su canción Serrat, son el futuro, pero también el presente. Seguro que no tienen experiencia, pero no les falta valentía y mucho menos osadía. Por eso son capaces de acercarse a un animal, aunque no lo conozcan, sin pensar en las posibles consecuencias, tal vez negativas, que les pueda acarrear.
¿Puedo tocar a tu perro? Es un cuento de María Muñoz que se presentará próximamente en diciembre y con él “no pretendo que sea una lección de etología donde explicar el comportamiento canino, pues está destinado a un público muy infantil”. Le interesa más que los niños se vean reflejados en el texto que les lean y en las ilustraciones, de las que fue dando indicaciones a la ilustradora para conseguir transmitir lo esencial en ellas.
La idea de escribir este cuento surgió de situación familiar, con “una hija de entonces 4 años que se había criado con perros y a la que le gustaba acariciar a todos los que se encontraba”. Buscó alguna narración que tuviese esta temática pero no la encontró. Así fue como maduró la idea de escribirlo para mostrar a los niños cómo pedir permiso para acariciar un perro. Te pueden decir que sí o que no. Y no pasa nada.

Educación
María vio que su hija iba demasiado directa y le explicó que no podía hacerlo así, porque hay perros que no quiere que los acaricien, tener miedos o no les gustan los niños. Puede ocurrir que se asusten, que den un tirón de la correa o que muestren un mal gesto y todos pasen un mal trago. Y esta situación es la que propició la idea de enseñar la manera correcta de acercarse y saludar a un perro desconocido, lo que supone un beneficio para los niños, para los padres y para los perros.

Evitar traumas
En ocasiones los miedos que se tiene hacia los animales provienen de una situación parecida a esta, una mala experiencia, un perro que responde de forma que nos hace generar miedos que deriven en un trauma. Esos miedos se pueden transmitir a otras personas que heredan la actitud negativa hacia los perros. Esto puede llevar a su vez a quedar condicionada de por vida cuando se encuentra con un perro o evitar los lugares donde sabe que se encuentran. Las malas experiencias generan predisposición a pensar en forma negativa.

Pedir permiso
Lo primero que hay que hacer cuando un niño se cruza con un perro y quiere acariciarlo es dirigirse a su dueño y preguntarle si puede hacerlo. No siempre va a ser posible, porque hay de todo tipo de perros, desde los que dan la bienvenida a una caricia a los que no les gusta la situación cuando se les acerca un desconocido, por lo que deberemos comprender si nos dicen que no.
En el cuento, la autora intenta transmitir que los perros también tienen sentimientos, sobre todo, de miedo. Este sentimiento lo entienden muy bien los niños pequeños y hacerles ver que las mascotas pueden sufrirlo hace fomentar la empatía, porque los niños también tienen miedo a otras cosas.
Si nos dan permiso, llega la segunda parte: cómo acercarse y saludar. “No se puede hacer de forma brusca, abalanzarse sobre él porque puede darle un susto”. En una de las imágenes del libro, detalles que se han cuidado mucho, se ve claramente cómo hacerlo: agachado al nivel del perro, un poco de espalda y “ofreciéndole la mano para que sea el perro el que dé el primer paso”.
Habrá algunos niños que ya conocen esta forma de acercarse a los perros, pero otros muchos no. Como cada vez hay más perros y menos niños en nuestra sociedad actual, entre todos debemos inculcar este respeto hacia el otro, en este caso, hacia una mascota que nos llama la atención.
En las páginas finales del cuento hay una serie de imágenes de seis perros en posturas reales, en las que “se muestran otros tantos sentimientos, como alegría, tristeza, miedo, ansiedad… En la siguiente página está la niña con cara de esos mismos sentimientos para que los niños unan el sentimiento del perro con el de la niña y de esta manera comprendan que los perros también los tienen”.

Proyecto
Una vez que se publique el cuento y compruebe la aceptación del mismo, se plantea “acudir a centros de Educación Infantil para contárselo a los niños, para que entiendan que hay que respetar a los perros”, que pueden querer o no dejarse acariciar y estas son situaciones que se repiten a diario en las calles de nuestras ciudades.
El beneficio de este mensaje no solo para niños o perros, sino también para “los dueños que pasean que no siempre conocen cómo puede reaccionar su mascota” ante determinados saludos demasiado efusivos por parte de desconocidos y que pueden llegar a situaciones incómodas.

 

(Páginas 20 y 21)

 

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