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Es virus es diferente

para cada especie

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Aves y mamíferos son susceptibles de ser infectados por el coronavirus, un patógeno en este caso que nada tiene que ver con el temible COVID-19 que ha asaltado España y que nos mantiene confinados. Aves y mamíferos son susceptibles de ser infectados por el coronavirus, un patógeno en este caso que nada tiene que ver con el temible COVID-19 que ha asaltado España y que nos mantiene confinados. 

Por Almudena NEGRO

 

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A día de hoy no existen evidencias científicas de que el coronavirus que tiene en jaque a España, y también a Wall Street, pueda ser propagado por perros o gatos al ser humano. Por tanto, puedes estar tranquilo. Desde PACMA advierten que en Hong Kong se ha dado el caso de un perro de una pacienta afectada por coronavirus habría dado un “positivo leve”, pero en ese caso habría sido ella quien lo habría infectado a él. Además, el perro no presentó síntoma alguno de la enfermedad y estuvo en cuarentena. Parece que podría ser un portador pasivo del virus. Una excepción que no debe de ser motivo de alarma. El virus es diferente en cada especie.

Lo que sí se conoce desde hace décadas es que aves y mamíferos son susceptibles de ser infectados por el coronavirus, un patógeno en este caso que nada tiene que ver con el temible COVID-19 que ha asaltado España. Y es que una de las características de este virus es que es diferente en cada especie. Y el tipo de coronavirus que afecta a perros y gatos no tiene nada que ver con el que afecta a los seres humanos.

El coronavirus ARN que puede tener tu mascota es el FCoV. Un patógeno que provoca en los felinos infecciones digestivas. Es más, se trata de dos tipos de virus diferentes: el que invade el tracto digestivo de tu mascota (FECV) y el responsable de una infección, que suele derivar en crónica, de las células epiteliales digestivas (FIPV).  Esta última se desarrolla en gatos con un sistema inmunitario débil, es decir, en gatitos o gatos mayores. También entre mascotas con el virus de la leucemia felina. Los síntomas en ambos casos son fiebre, inapetencia y letargia.  Esta es la manifestación más leve de dicha enfermedad, que se transmite entre animales al ser excretada por el portador sano a través de las heces, siendo éstas el vehículo principal de contagio entre felinos.

Hay que tener en cuenta la existencia de portadores sanos, resistentes al virus, pero también que hay portadores enfermos.  Estos últimos sufrirán una gastroenteritis leve que puede devenir en crónica.  Los hay también que eliminan este virus continuamente.

Hay gatos resistentes a la enfermedad y otros con suerte que se curan espontáneamente, aunque en este caso hay que tener en cuenta que el tiempo de inmunidad es muy corto y pueden reinfectarse al cabo de unas pocas semanas.

Evidentemente, la infección suele producirse en entornos en los que conviven gran cantidad de animales. Si tu gato es el único rey de la casa, estate tranquilo. 

Del coronavirus a la peritonitis infecciosa

El peligro del coronavirus felino FIPV es que mute y produzca en tu animal doméstico una peritonitis infecciosa felina (PIF), bien en forma seca, bien en forma húmeda, algo que no siempre sucede. Que un gato tenga coronavirus no quiere decir que acabe sufriendo esta enfermedad incurable en forma de vasculitis granulomatosa mortal.  La causa por la cual muta el virus es desconocida, aunque se sabe que hay factores que juegan un papel importante en ello, como puede ser la debilidad del sistema inmune unida a factores como el estrés, cirugía, vacunación o enfermedades concurrentes. Parece ser que podría haber una predisposición genética, dado que los gatos de raza pura parecen tener un mayor riesgo de contraerla. Y entre las razas, las hay más proclives que otras.

En el caso de una PIF húmeda se produce un agrandamiento del abdomen del gato por acumulación de líquido amarillento en la cavidad abdominal. La extensión a otros órganos puede causar ictericia, vómitos, o periodos de diarrea, entre otras secuelas. Los nódulos linfáticos del gato infectado aumentarán su volumen. El tiempo de supervivencia es de 5 a 7 semanas, ya que esta forma de peritonitis infecciosa húmeda es muy agresiva y rápida.

En el caso de la peritonitis infecciosa seca observarás pérdida de peso, depresión, anemia y fiebre, pero no habrá acumulación de líquido, por lo que no habrá agrandamiento del abdomen. Habrá signos en el sistema nervioso central y ocular, con ataxia, edema corneal o uveítis anterior. Los gatos que la padecen no suelen sobrevivir más de un año.

La infección puede ser diagnosticada por frotis  de células del recto (legra), así como mediante la detección del ARN del virus mediante la reacción en cadena de la polimerasa o PCR.

El tratamiento, paliativo, es sintomático a base de antiinflamatorios y estimulantes del apetito, si éste hubiera desaparecido.

La medida preventiva más importante es la vacunación, solo permitida en gatitos mayores de 16 semanas, además de medidas higiénicas para evitar el contagio entre gatos, como el uso de varias bandejas de arena.

Aves y mamíferos son susceptibles de ser infectados por el coronavirus, un patógeno en este caso que nada tiene que ver con el temible COVID-19 que ha asaltado España y que nos mantiene confinados.

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