RAZAS
Bedlington, perro oveja
Por Jonathan MANZANO
Con apenas cien ejemplares en nuestro país, el Bedlington Terrier es un gran desconocido. Desde sus orígenes fue criado junto a los rebaño de ovejas y utilizado en las minas para cazar alimañas. A día de hoy es un perro doméstico y de competición en exposiciones monográficas o pruebas de agility cuyo pelaje es la verdadera pasión de los peluqueros caninos por su complejo corte a tijera.
Como casi todos los perros de raza terrier, el Bedlington Terrier, es originario de Inglaterra en concreto de la región de Bedlington, un pueblo minero situado al noreste. Primero fue conocido como el Rothbury o Rodbury Terrier, el nombre de Bedlington Terrier no se aplicó a la raza hasta 1825.
Esta raza canina surge fundamentalmente del cruce del Dandie Dinmont Terrier y el Whippet, del que será su principal cruce ya que su evolución y uso en torno a las carreras de perros hizo buscar un perro con carácter de terrier y figura de Lebrel. Al poseer la figura de éste último puede alcanzar grandes velocidades y, por ello, es utilizado en carreras y en competiciones de agility.
En sus inicios los mineros empezaron a utilizar esta raza para la caza de alimañas en las minas dada su gran habilidad para cazar a éstas. Más tarde sus funciones fueron desviándose de la caza y centrándose más en las carreras de perros y otros deportes caninos.
Una de las cosas más características de la raza es su parecido a las ovejas. Juan Manuel Morales, criador del Bedlington Terrier desde hace seis años con el afijo Ochopeniques y peluquero desde hace 15 años y handler, afirma que “algunas historias relacionan la apariencia con su uso para proteger los rebaños de la Inglaterra de entonces. Se dice que se buscó un perro que pudiese camuflarse entre el rebaño para poder defender a las ovejas de alimañas y otros depredadores. Cuando un Bedlington nacía era criado como una oveja más dentro del rebaño llegando a establecer grandes lazos con estos animales. Por ello, cuando un depredadores conseguía traspasar a los perros que guardaban el rebaño, los Bedlingtons defendían a las ovejas como a uno de los suyos”.
“Cuando un Bedlington nacía era criado como una oveja más dentro del rebaño”
Los Bedlington Terrier pueden nacer de dos capas, blues o livers. Al nacer los cachorros poseen un manto negro o marrón el cual va aclarando hacia un tono blanquecino o gris perla dependiendo de su evolución. “Se buscan mantos suaves pero con una textura que no haga olvidar su origen terrier” sostiene Juan Manuel.
Esta raza es una gran desconocida en nuestro país. “La mayor parte de la cría se hace para la exposición, no es una raza con una demanda real” tal y como nos cuentan desde el Club Español Terrier. En las pruebas monográficas de competición tan sólo superaron en 2015 los 15 ejemplares registrados. Este año la cifra se sitúo en los 13 en la XXXVIII Exposición Monográfica del Club Español Terrier, siete hembras y seis machos
Asimismo, en los últimos 6 años solo se han registrado 39 ejemplares en el L.O.E. de los que “puede que algunos ni siquiera se hayan quedado en España” afirma Juan Carlos Rosas Morao, el presidente del CET (Club Español de Terriers).
A nivel nacional, el Bedlington Terrier tiene poca presencia comparado con otros países. Unos 100 ejemplares a lo largo del territorio nacional tal y como nos cuenta el criador Juan Manuel Morales.
Desde que se reconociesen los primeros estándares de esta raza en junio de 1987, la función de caza está ya casi olvidada en la actualidad, que ha pasado a ser un perro de uso doméstico con pelajes más densos y siluetas más marcadas buscando la máxima perfección dentro de los cánones de belleza de la raza.
Aunque parece un pelaje muy difícil de mantener en realidad no es así. “Con un buen mantenimiento del pelaje cepillados semanales y baños regularmente se podrá mantener un aspecto saludable y elegante. El único punto que si requiere de una gran habilidad será el corte, ya que se realiza todo a tijera menos las zonas afeitadas, es decir, orejas zona maxilar y cola, por ello es una raza muy codiciada entre peluqueros caninos”, afirma Morales. “Con una rutina de baños quincenales o mensuales y la utilización de un buen champú y carda no necesita más cuidados especiales, ya que aunque son perros con un pelaje sedoso no tienden demasiado a enredarse como podría ser el manto de un caniche”.
A pesar de esta apariencia enternecedora, es un compañero de naturaleza noble y afable pero con un fuerte instinto de caza. Además, presenta un gran carácter cuando se le incita, pudiéndose negar a obedecer cuanto se encuentra frente a una voluntad contraria a la suya. Un animal dispuesto a ser siempre el centro de las caricias y a convivir con los más pequeños.
Morfología del Bedlington Terrier
Procedente de Reino Unido, en concreto de la región de Bedlington, esta raza canina presenta una longevidad media de 12 a 14 años. De abundante pelo y cráneo estrecho, su peso oscila entre los 8 y 10,5 kg. Su talla se sita entre 39 y 43 cm en los machos y de 38 a 42 cm en las hembras. Los precios en criaderos superan los 1.200€euros para cada ejemplar de exposición. Esta raza de terriers de talla grande y media es una raza reconocida por la F.C.I desde junio de 1963.