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La espalda y las patas traseras, los lugares con más puntos dolorosos

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Los Puntos Gatillo Miofasciales, los puntos dolorosos en el cuerpo localizados en un músculo, se concentran en la espalda y en las extremidades traseras de los perros. Sin embargo, esta dolencia no les suele afectar a los músculos que rodean las articulaciones osteoartríticas debido a que andan a cuatro patas. El 85% de canes con osteoartritis tiene una media de seis puntos de dolor localizados en algún músculo frente a los ocho que padecen los perros policía o de seguridad

Por Óscar REKALDE

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La osteoartritis es la compañera de vejez de uno de cada cinco perros. Los dolores articulares les afectan a su forma de caminar, de moverse, e incluso de vivir, los últimos años de su vida. Además de la osteartritis, para la que no hay cura, los denominados “puntos de gatillo miofaciales”, dolores agudos en el cuerpo localizados en picos de músculos, tienen una prevalencia alta en estos perros.
Estos puntos dolorosos parecen estar más presentes en los perros de trabajo que en el resto, según un estudio realizado por un grupo de investigadores conjunto de las Facultad de Medicina de Lyon y de la de Sao Paolo, que han investigado la localización de los ‘puntos gatillo’ en perros con osteartritis.
Según el equipo la mayoría de estos puntos de dolor, 54%, se localiza en la espalda de los perros, y el resto en las extremidades traseras y algunos en la cabeza y cuello. En cuanto a los músculos, el más afectado suele ser el del tórax, seguido del cuádriceps femoral, del lumbar y del glúteo medio.
Los investigadores reclutaron a un total de 37 perros de los que excluyeron dos para el estudio. 14 de ellos eran hembras y 21 machos con edades entre 3,3 y 6 años, y pesos entre 13 Kg. y 32,2. Los 35 animales seleccionados pertenecen en mayor medida a varias razas: mestizos, golden retriever, border collie, labrador retriever, pastor australiano, pastor alemán, boyero bernés y spaniel bretón. En menor medida hubo rottweiler, pastor blanco suizo, bulldog francés, cane corso, pointer de Auvernia, pastor de Anatolia, staffordshire bull terrier, pointer francés y mastín mallorquín que fueron estudiados como un grupo.
En estos perros se hicieron palpaciones en 49 regiones musculares en cada lado. A un 86% le fue detectado algún punto de dolor muscular, con una media de seis puntos por animal, es decir se descubrieron 177 ‘puntos gatillo’.
“Curiosamente la edad se descubrió como un factor que aumenta el número de puntos gatillo en este estudio. Sin embargo, no se puede argumentar que los perros mayores experimentaron más dolor”, matizan. Hay que tener en cuenta que la osteoartritis se puede diagnosticar a cualquier edad y otros factores, como la conformación, la displasia articular y las condiciones ortopédicas congénitas son factores de riesgo más significativos que la edad en la población canina.
En general los puntos gatillo suelen ser de dos tipos: latentes o activos. Los puntos activos causan dolor espontáneo localizado o irradiado y limitaciones funcionales, incluso cuando el músculo afectado está en reposo, mientras que los puntos latentes no.
En cuanto a los perros de trabajo, los resultados indican un ligero aumento de esta dolencia en los canes policía, aunque la ubicación de los puntos gatillo es similar. En los perros de trabajo, el músculo lumbar tuvo la prevalencia más alta (42%) de puntos gatillo, seguido por el dorso, el pectíneo, el cuádriceps femoral y los músculos sartorio (33% respectivamente).
Los investigadores también señalan que “los perros con artrosis y síndrome miofascial pueden ser más propensos a sufrir afecciones dolorosas, como dolor crónico en la musculatura lumbar”.
Por otra parte, este nuevo estudio desvela que no hay correlaciones de puntos gatillo en los músculos que rodean las articulaciones osteoartríticas, probablemente debido a la biomecánica cuadrúpeda.
Como conclusión: “Los hallazgos de este estudio enfatizan la importancia del dolor miofascial en perros con osteoartritis y sugieren que el tratamiento del dolor de puntos de gatillo miofaciales puede mejorar el bienestar y la comodidad del paciente”.

Qué es la osteoartritis
El veterinario clínico, Andrés Santiago, explica que “se trata de la degeneración de la capa que amortigua el roce entre los huesos, que con los años se desgasta, roza, provoca dolor y es posible que nuestro perro empiece a cojear o notarles ciertos temblores en las patas”.
El problema es que nuestros perros normalizan ese dolor y lo terminan sobrellevando pasando desapercibida por los humanos, ya que los perros instintivamente enmascaran su dolor, algo que no es lo ideal para ellos. Y es que “con la artrosis el problema es que una vez se presenta, no podemos curarla, por eso lo que tenemos que intentar es retrasar su aparición”, explica.
Para que nuestros perros puedan tener una vida adulta con vitalidad, debemos actuar varios años antes -sobre los 8 años-, retrasando la aparición de esa artrosis lo máximo posible y así mejorar su calidad de vida. “Para ello tenemos que ser conscientes de proporcionarles el mejor descanso posible. Una buena cama viscoelástica sería lo principal para que ellos puedan descansar todas sus articulaciones después de cada paseo”, explica Andrés.
El veterinario clínico recomienda que para cuidar sus huesos lo ideal es que les administremos condroprotectores desde los 7 u 8 años y da cinco consejos para elegir el condroprotector adecuado:
-Que no requiera periodos de descanso: Lo primero a tener en cuenta es que los ingredientes del condroprotector sean 100% naturales. “Si es 100% natural no tendrá efectos secundarios. Siempre que se indique que hay que hacer un descanso cada dos o tres meses, es porque hay algo que sobrecarga el hígado o los riñones, y por lo tanto no será 100% natural”, explica el veterinario.
-Que se le pueda administrar de forma fácil: “cuanto más fácil sea administrárselo mejor. Y aunque la mayoría de los condroprotectores son en pastillas, empresas como Silverwoof ya producen alguno líquido que se le puede añadir fácilmente en su comida. Además, lleva aceite de salmón y les encanta. Se lo toman como si fuese un premio”, asegura Andrés.
-Que los ingredientes sean de fácil absorción: “A esto se le llama biodisponibilidad y es importante porque algunos condroprotectores están elaborados a base de ingredientes que los perros no pueden asimilar ni absorber o aprovechar, y si no pueden asimilarlos, no les servirán para nada”.
-Que tenga una fórmula equilibrada: El suplemento debe abordar varios aspectos de la osteoartritis, como el dolor, la rigidez y la inflamación. “En estos casos que el condroprotector tenga colágeno tipo II sin desnaturalizar, el ácido hialurónico y el aceite de salmón prensado en frío son muy efectivos”.

-Que los ingredientes sean de alta calidad: Los ingredientes de baja calidad pueden empeorar la inflamación y ser ineficaces. “El de Silverwoof, por ejemplo, tiene ingredientes 100% naturales y de excelente calidad, como por ejemplo el aceite de salmón, que proviene de la parte del lomo del salmón crudo y con él se obtiene una gran fuente de omega 3 y 6, lo que ayudará a nuestro perro con la desinflamación de las articulaciones, es bueno para el corazón y, además, les proporciona un pelaje muy brillante”, explica el veterinario.

 

(Páginas 26 y 27)

 

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