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Mi perro tiene el tímpano perforado, ¿se quedará sordo?

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Quizás ésta sea la pregunta más repetida en la consulta cuando diagnostico una perforación de la membrana timpánica, y la respuesta rápida a esta pregunta sería… no tiene por qué. La gente desconoce lo que es realmente el tímpano. Sabemos que sirve para oír, pero no mucho más.

Por Eliseo a Zuriaga Sanchis 
Responsable del Servicio de Dermatología de pequeños animales del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad CEU Cardenal Herrera

La membrana timpánica (o tímpano) es una fina membrana de tejido epitelial, como si fuera una fina capa de piel, muy tensa (como si fuera un tambor), que al vibrar cuando impactan las ondas sonoras transmite esas vibraciones al oído medio e interno (permitiendo oír los sonidos), además de hacer las veces de separación entre estos y el oído externo, manteniéndolos protegidos de los microorganismos patógenos, algunos de los cuales pueden estar presentes en el oído externo.
La rotura de esta membrana es lo que conocemos como perforación del tímpano. Ésta se puede producir por varios motivos, siendo las infecciones de oídos la causa más frecuente en los perros.
La otitis externa infecciosa es una de las patologías más frecuente en el perro, probablemente porque suele estar asociada a las dermatitis alérgicas (la enfermedad cutánea más frecuente en nuestras mascotas). La inflamación y las toxinas producidas por los microorganismos que las provocan suelen acabar destruyendo parte de la membrana timpánica produciendo su rotura.
Pero no siempre las infecciones vienen del oído externo. El oído medio está comunicado con la garganta (orofaringe) por las Trompas de Eustaquio, unos pequeños conductos que sirven para igualar las presiones en el oído medio. Así pues, por un simple resfriado o infección de las vías respiratorias altas, los microorganismos patógenos pueden ascender hasta el oído medio por esos conductos y producir una infección que acabe perforando el tímpano desde el interior.
Otra causa frecuente de perforación timpánica son los cuerpos extraños en el interior del oído. En mi experiencia clínica, el cuerpo extraño que más frecuentemente encontramos en el oído de los perros son las espiguillas de plantas, y otros restos vegetales, muy frecuentes en determinadas épocas del año. Por su forma, estas espiguillas tienden a avanzar hacia el interior del oído a pesar de los cabeceos del perro para intentar expulsarlas, y cuando llegan a la altura del tímpano pueden perforarlo, o bien con el tiempo producir una otitis externa que lo perfore.
Otra causa frecuente de perforación timpánica es la etiología traumática, siendo lo más habitual el traumatismo craneoencefálico accidental, normalmente producido por atropellos o caídas desde grandes alturas. También puede ser un trauma iatrogénico, producido por el propio ser humano, normalmente al introducir objetos para limpiar los oídos de nuestras mascotas, como bastoncillos de los oídos.
Mucho menos frecuentes serían las perforaciones timpánicas por exposición a sonidos muy intensos (traumas acústicos) o por cambios atmosféricos bruscos (barotraumas).
Sin embargo, el tímpano en los perros y gatos está mucho más profundo que en personas, y no se puede visualizar externamente sin un equipo adecuado y la experiencia suficiente, así que, ante la duda, lo ideal es consultarlo con vuestro veterinario

SÍNTOMAS ASOCIADOS A LA PERFORACIÓN DEL TÍMPANO

Pese a no poder ver el tímpano, nuestro perro nos puede dar algunas pistas. Existen varios síntomas asociados a la perforación de la membrana timpánica, aunque es cierto que en medicina (también medicina veterinaria), no siempre se dan todos los síntomas en todos los pacientes.
Uno que suele acompañar a la perforación timpánica es el dolor. Es fácil de detectar pues rehúsan las caricias en la cabeza, la manipulación de la oreja, tuercen ligeramente la cabeza hacia el oído afectado, con la oreja gacha, y en ocasiones dejan de comer porque les duele al abrir la mandíbula.
Otro signo es la pérdida de audición, aunque es más difícil de detectar, puesto que con un oído sano este signo puede pasar desapercibido y no apreciarse.
En el caso de que se deba a una infección, si ésta es lo suficientemente intensa suele producir una descarga purulenta desde el conducto auditivo externo hacia el exterior de la oreja. Es frecuente detectar también un olor desagradable, en ocasiones muy intenso, que se huele a distancia, y según el tipo de microorganismo puede variar desde el olor a rancio hasta un olor a pútrido intenso.
No siempre tenemos una descarga purulenta, en el caso de que la rotura timpánica se deba a un traumatismo es frecuente ver una descarga sanguinolenta o serosa, sin olor. En los casos más severos e intensos podemos encontrarnos con signos neurológicos. Éstos pueden ser variables, siendo de los más frecuentes la parálisis de los músculos faciales (se observan los labios más colgantes y los párpados como caídos, por lo que se puede comparar con el otro lado de la cara). Esto ocurre porque la inflamación puede afectar a los nervios craneales que circulan muy próximos.
Otros síntomas neurológicos que podemos observar serían aquellos relacionados con el equilibrio, como nistagmos (movimientos involuntarios de los ojos), pérdida de equilibrio, descoordinación, andar en círculos, tortícolis…
En el caso de sospecha o confirmación de la perforación timpánica, lo primero que debemos tener en cuenta es que cualquier medicamento o remedio que pongamos directamente sobre el oído afectado de nuestra mascota llegará al oído más interno, mucho más sensible. Existen muchos fármacos y compuestos que si alcanzan el oído medio o interno son tan irritantes que pueden provocar sordera permanente en nuestro perro.
Si estamos convencidos de que se trata de un cuerpo extraño, no debéis intentar extraerlo, puesto que el oído de los perros no es como el nuestro, es más tortuoso, y los pacientes no suelen ser muy colaboradores. El riesgo de perforación traumática por nuestra actuación a la hora de intentarlo sin instrumental adecuado y sin sedación previa es muy elevado.
Aunque el tímpano es capaz de regenerarse completamente, sin apenas perder audición en la mayoría de casos, también es cierto que si no se trata correctamente la causa que ha producido la lesión timpánica, o bien la lesión del oído medio o interno ha sido muy intensa, en algunos animales pueden quedar secuelas permanentes, no solo sordera de ese oído, incluso algunos síntomas neurológicos podrían quedar para toda su vida, tales como la tortícolis, pérdida de equilibrio…
En resumen, aunque se trata de una situación frecuente, puede tener graves consecuencias para nuestra mascota si no se actúa correctamente y con suficiente celeridad, por ello nuestro consejo es siempre acudir lo antes posible (aunque no se cataloga como urgencia y podría esperarse unas horas/días) a vuestro veterinario habitual.

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