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Los gatos tienen miedo a las consecuencias de bañarse

 

gato nadando

 Sabido es que los gatos y el baño no son demasiado compatibles. Suelen huir de esta actividad, más que por miedo al agua por sus consecuencias. Mojados son más lentos y puede provocarles problemas respiratorios. Acostumbrarlos desde pequeños es lo ideal. Hay algunas razas a las que sí les gusta nadar. Para bañar a tu gato necesitas champú específico, cepillo para el pelo, agua templada, una toalla, cariño y voz tierna

Por E. MUÑOZ

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Hoy encendí la tele y vi a un tigre cruzando a nado un río y me pregunté por qué este felino nada y los gatos huyen del agua. Si fuese caliente, lo entendería, porque el gato escaldado del agua huye, pero ¿por qué no le gusta el agua para bañarse a los gatos?
Razones hay, aunque cueste entenderlas. Lo primero, saber que los gatos son originarios de lugares secos o desérticos, donde el líquido elemento escasea. Con su evolución y aclimatación a otros ambientes más húmedos se fue acostumbrando, pero no digamos que les gusta demasiado.
Además, como sabemos, son sumamente limpios y pasan gran parte del día acicalándose, lamiendo todos los rincones de su cuerpo hasta conseguir que su pelo quede brillante. Su lengua tiene queratina, es rasposa y actúa como un cepillo recogiendo los pelos.
Por otro lado, son animales inteligentes y saben cuidar su delicado aparato respiratorio. Saben que el agua les puede provocar ahogamiento, pero también enfermedades respiratorias, como gripes o resfriados. Así que evitan mojarse.
También rehuyen empaparse porque su pelaje se vuelve más pesado y dificulta sus movimientos y su agilidad. Les pasa como a los humanos si en lugar de meterse en la piscina con un bañador lo hacen con unos pantalones vaqueros. No es lo mismo.
Otro motivo por el que evitan el agua es simplemente que quieren mantener su olor, un aroma que les permite relacionarse con los humanos y con sus congéneres. Las glándulas que más segregan su olor característico están detrás de las orejas, por eso la obsesión de restregarse con todo lo que le rodea, incluyendo a sus propios dueños o sus visitas.
Por estos motivos no es muy común encontrar un gato en el agua, sino más bien huyendo de ella. Pero se les puede acostumbrar a que toleren un baño en casa para mantenerlos limpios y con un olor menos gatuno.

El baño
Si tenemos un cachorro es fácil que los baños sean placenteros si los familiarizamos con el líquido elemento desde los primeros momentos, acariciándolo con las manos mojadas o con una esponja humedecida. Puede que la primera vez no lo acepte, por lo que habrá que posponer el intento para otro día. Siempre debe ser con agua templada (36-38 grados) y muchos mimitos, acariciándolo suavemente y a la vez que le hablamos con dulzura.
Por supuesto, para este baño habrá que usar un champú específico para gatos, al igual que un cepillo adecuado a su pelaje, corto o largo. Finalmente, tendremos una toalla calentita para secarlo. También podemos colocar un calefactor a una distancia prudente para que no se produzcan quemaduras.
Si conseguimos que el baño sea placentero para nuestra mascota habremos conseguido mucho, porque eso hará que se engrandezcan los vínculos con nuestro minino, a la vez que ese baño es la excusa perfecta para palpar todos los rincones de su cuerpo y comprobar que todo está bien.

Razas amantes del agua
En realidad, los gatos no tienen miedo al agua, sino a sus consecuencias, por lo que no se debe forzar a nuestra mascota porque si lo hacemos lo que ocurrirá es que generará un trauma. Y quién sabe si llega el día en que es nuestro gato el que nos demanda ese baño.
Pero no todos los gatos son reacios al agua. Hay varias especies que son buenos nadadores y buscan el agua en la que se mueven como peces. De las más amantes de este líquido elemento están el bosque de Noruega, una raza de gato grande y con abundante pelo, que no le interfiere para nada a la hora de nadar. El Maine coon es otra raza de buen tamaño al que le encanta no solo el agua, sino también la nieve. Como se trata de un gato cariñoso y juguetón el baño para ellos es una actividad que busca en cuanto encuentra un chorro de agua.
El van turco, además de tener la curiosidad de sus ojos con colores distintos, es un apasionado del agua, nada en cualquier lugar tanto en piscinas, ríos, lagos… incluso en la playa. El manx es otro gato que le encanta jugar con el agua, con las gotas que caen del grifo, con la manguera o con las fuentes, donde también le gusta nadar.

Finalmente, el mejor nadador de todos es el siberiano, un excelente nadador además de juguetón, además de ser uno de los gatos hipoalergénicos, para que cualquier persona con alergia pueda tenerlo como mascota.
Ya sabéis, si el gato huye del agua es por precaución ante las posibles consecuencias negativas de mojarse. Claro que también puede huir porque haya tenido una mala experiencia con ella, pero si la convertimos en algo placentero lo disfrutará.

Los datos
5 razas a las que les gusta bañarse
36-38 grados es la temperatura ideal para bañarlos

(Páginas 34 y 35)

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