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Juristas y profesionales reclaman la regulación de los perros de terapia

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La terapia asistida con animales es una alternativa de intervención complementaria, la cual se caracteriza por incorporar como figura de co-terapeuta a un animal, como agente terapéutico, motivacional y facilitador, fomentando la eliminación de barreras entre la persona y el terapeuta. La ley se olvida de ellos.

Por Emer IGLESIAS

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Según la Fundación Affinity, la terapia asistida con animales (TAA) es un importante facilitador de procesos terapéuticos que contribuye al desarrollo global de la persona, mejorando su calidad de vida y proporcionando grandes beneficios en el plano social, emocional y cognitivo.
Por su parte, Ana Segura Abad, en su trabajo de fin de máster sobre la TAA aplicada a personas mayores con demencia, concluye que “ la TAA es una alternativa de intervención no farmacológica en la que el animal forma parte de esta, buscando influir positivamente en el usuario. De tal modo, es una intervención aplicable a diversos colectivos, como pueden ser las personas mayores con demencia, quienes pueden beneficiarse en diversos ámbitos a través de ellas, tanto a nivel físico, como emocional o psicológico.
El número de casos de personas que sufren demencia en nuestro país una vez superada la barrera de los 60 años está creciendo a pasos agigantados como consecuencia del aumento de la esperanza de vida, según indica el Colegio de Enfermería de Ciudad Real, que en un reciente estudio sobre el papel de las enfermeras en esta terapia, constata que la demencia es un problema de salud que afecta al 40-60% de la población.
“La terapia que más se utiliza en la actualidad en los casos de alzhéimer es la terapia con perros, la cual diseña una serie de actividades en grupo como entretenimiento y, a su vez persigue unos objetivos concretos para mejorar su memoria y cognición, genera una mejoría de los síntomas, una disminución de los comportamientos agitados y una estabilidad en la capacidad cognitiva”.
Para el Colegio de Enfermería de Ciudad Real, “el rol de la enfermería dentro de la terapia con animales es fundamental como referente en el cuidado y atención de los pacientes con demencia ya que se adapta a la situación particular de cada uno de ellos y se planifican programas de forma cooperada entre disciplinas. Otra de las funciones de la enfermera es encargarse de determinar si es conveniente o no que el paciente realice ciertas actividades con el animal, además de la variedad de actividades que se pueden desarrollar para la TAA”.
Un estudio realizado por la Universidad de Extremadura sobre la efectividad de la terapia con animales concluye que esta “produce una mejora en el comportamiento, estado de ánimo, calidad de vida, actividades de la vida diaria y en el estrés mental de personas que padecen demencia”.
A pesar de que este tipo de terapias están aumentando en nuestro país y sus buenos resultados son alabados por todos los sectores implicados, los legisladores no han dado la talla, quizás por desconocimiento, y se olvidan de estos perro una y otra vez.
La abogada y presidenta de la Comisión de Derechos de los Animales del Colegio de Abogados de Jaén, Francisca Peralta, ha lanzado una petición para que se regule de una vez las terapias asistidas por animales, TAA.
Según indica Peralta, en “España no existe una normativa sobre animales de terapia asistida, siendo expresamente omitidos de la normativa de las diferentes Comunidades Autónomas, que se refieren, como mucho y de forma soslayada, a los perros de asistencia (no de terapia)”.
Y no solo las legislaciones autonómicas se olvidan de estos animales, generalmente perros. La reciente y polémica Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales omite absolutamente a los animales de terapia asistida, mencionando solo a los animales utilizados en intervenciones asistidas y solo para excluirlos de la ley.
Según la abogada, “No cabe duda que esta norma cuida mucho de apartarse de la regulación específica de TAA e IAA, excluyendo cualquier afección de la regulación de esta norma”.
Para Peralta, “la presente ley 7/2023 hubiera sido un excelente marco para la regulación legislativa de los animales empleados en TAA, que quedan fuera de la regulación nacional y autonómica, y unificación de criterios de las distintas regulaciones y definiciones de los animales empleados en las IAA”.
La nueva ley sí que define lo que es un perro de asistencia: el que tras superar un proceso de selección ha finalizado su adiestramiento en una entidad especializada y oficialmente reconocida u homologada por la administración competente, con la adquisición de las aptitudes necesarias para dar servicio y asistencia a personas con discapacidad, así como perros de aviso o para asistencia a personas con trastorno del espectro autista. Ni una letra de los de terapia.

Terapia diferente de intervención

El primer requisito obligatorio para que podamos hablar de terapia con animales es que todo el proceso tiene que ser dirigido por un profesional. “Para que sea terapia tiene que estar guiado por un terapeuta, es decir, un experto en Ciencias de la Salud, que se ha formado además en intervención asistida con animales, que puede ser un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional, un psicólogo, un enfermero, un médico…”, según indica Nuria Máximo, de la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC. Una intervención asistida con animales, en la que no hay un profesional de la Salud o de la Educación, “es un término ‘paraguas’ que recoge todos los tipos de trabajos que se pueden realizar con animales, no solo perros, sino también caballos y otros animales”.

(Páginas 28 y 29)

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