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La Iditarod resiste

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A pesar de la pérdida de grandes patrocinadores por el boicot de organizaciones animalistas como Peta, medio centenar de musher han completado las mil millas de la carrera más emblemática de mushing del mundo en la que Peter Kaiser ha conseguido ser campeón por primera vez. Del 3 al 16 de marzo los musher han recorrido los 1.600 km de la Iditarod que separan el lago congelado de Willow hasta a la costa oeste de Alaska. Este año el presupuesto de la mayor carrera de mushing ha sido de 500.000 dólares, unos 250.000 por debajo de hace dos años, debido a la desaparición de grandes patrocinadores como Coca Cola, ante las denuncias de maltrato animal de organizaciones animalistas. El ganador, Peter Kaiser, se llevó un cheque de 50,000 y una nueva camioneta, igual que el del año pasado. Pero este premio ha bajado alrededor de 20,000 respecto a 2017. Además el concurso de este año, con 52 corredores que tomaron la salida, ha sido el más pequeño desde 1989.

Por M. ARAMBARRI

La feroz campaña iniciada por PETA hace varios años ha hecho mella en la carrera con la que todo musher sueña. The Coca-Cola Company recibió más de 250.000 correos de simpatizantes de PETA pidiendo que “pusiera fin a su patrocinio de la mortal carrera de Iditarod”. El 12 de febrero, Coca Cola no quiso verse envuelta en un posible escándalo animal y anunció que retiraba su apoyo económico a la carrera. La mayoría de los musher participantes consiguieron esponsor locales y la carrera ha salido adelante, pero tocada en el prestigio.
Los dirigentes de PETA hicieron una fiesta el día 13 para celebrar la retirada de Coca Cola. “Las personas que se han horrorizado por las condiciones bajo las cuales los perros se ven obligados a correr están celebrando la decisión de Coca-Cola de dejar de patrocinar este espectáculo que obliga a los perros a correr tan rápido que sus cuerpos a menudo se rinden”, dijo el presidente Tracy Reiman.
Según PETA “los perros que se usan en Iditarod se ven obligados a correr hasta 100 millas por día a través del hielo traicionero y en temperaturas bajo cero. Sostienen patas con sangre, fracturas por estrés y otras lesiones dolorosas. Más de 150 perros han muerto durante la historia de la carrera, y ese número no incluye a los innumerables que murieron durante la temporada baja mientras estaban encadenados a un puesto o que fueron asesinados simplemente porque no pudieron correr lo suficientemente rápido. Durante el Iditarod de 2018, 350 perros fueron sacados de la carrera, probablemente debido a una enfermedad, agotamiento o lesión, y uno murió al ahogarse con su propio vómito, la principal causa de muerte para los perros que no sobreviven al evento”.


No es esta la versión de los grandes musher. El subcampeón y campeón del año pasado, Joar Leifseth Ulsom, llama al activismo de PETA “un poco ridículo cuando empiezas a estudiarlo”, y agrega que los mushers cuidan a los perros de manera “excepcional” y los usan para lo que están destinados a ser usados. “Estos perros tienen en su interior que quieren correr, y eso es lo que quieren hacer, y les encanta”, dijo.
La Iditarod se apoda a sí misma “La última gran carrera sobre la Tierra”. El ganador más rápido de la historia, Mitch Seavey, los completó en 2017 en 8 días, 3 horas y 40 minutos. El más lento, Carl Huntington, tardó 20 días, 15 horas y 2 minutos en 1974. El campeón de este año, Peter Kaiser, y su equipo atravesó el sendero de casi 1,000 millas de Willow a Nome en 9 días, 12 horas, 39 minutos y 6 segundos.
La carrera se disputa desde los años 70, pero realmente nació con un telegrama enviado desde Nome por el doctor Curtis Welch el 22 de enero de 1925: “Una epidemia de difteria es casi inevitable aquí. Stop. Necesito urgentemente un millón de unidades de antitoxina contra la difteria. Stop. El correo es el único modo de transportarlas. Stop. Ya he hecho una petición al comisario de Salud de los territorios. Stop. Hay unos 3.000 nativos blancos en el distrito”.


Por entonces solo volaban Alaska tres aviones en estado muy precario, por lo que se estableció una expedición de relevos con los 20 mejores trineos del interior del Estado para que efectuaran el trabajo. Cada uno recorrió entre 30 y 85 kilómetros, con la excepción del equipo de Leonhard Seppala, que efectuó el antepenúltimo relevo entre Shaktoolik y Golovin. Fueron 146 kilómetros en condiciones infernales, en los que la expedición sobrevivió gracias a la pericia y el instinto de Togo, el perro líder del equipo.
En 1998, el malagueño Juan Alcina, afincado ya entonces en Willow, se convirtió en el primer participante de nuestro país en la mítica prueba. Participó durante cuatro años consecutivos, y en el 2000, su mejor resultado, llegó a Nome 17º en 10 días, 2 horas y 34 minutos.
Félix Rodríguez de la Fuente, que vivía enamorado de esta prueba, murió allí en 1980 a borde de una avioneta que había despegado de Unalakleet y se estrelló cerca de Shaktoolik, a donde se había desplazado con el equipo de El Hombre y la Tierra para grabar la octava edición de la monumental carrera.
Una de las musher históricas de esta carrera, Zoya DeNure, 42 años, natural de Wisconsin, junto a su marido John Schandelmeier, una leyenda del mushing local, gestionan el kennel Crazy Dog, en el que se hacen cargo de perros abandonados por sus dueños a los que rehabilitan y convierten en atletas de élite. Juntos han impulsado las políticas Best Care, para asegurar que los animales reciben el mejor trato posible antes, durante y después de las carreras. “La comunidad está dividida al 50% en torno a esto. A la mayoría de los equipos más competitivos no les gusta del todo, a los kennels más pequeños sí. A los touroperadores también, porque supone un potencial incremento de su negocio”, analiza Schandelmeier, que asegura que un kennel competitivo procura que sus perros lleguen a la Iditarod con entre 4.000 y 6.500 kilómetros de rodaje durante el invierno, según publica el independiente.
En el camino, los participantes deben hacer algunas paradas obligatorias, de duración prefijada, y en el resto de checkpoints pueden elegir lo mejor para ellos y su equipo. En estos puntos intermedios a los perros se les examina, hay veterinarios y voluntarios que se encargan de transportarlos de vuelta a Anchorage en caso de que alguno no pueda continuar. Los equipos suelen llegar mermados a Nome, y ningún trineo puede continuar en carrera con menos de cinco perros tirando de él.

 

De eterno quinto a campeón
El veterano Peter Kaiser de Bethel, Alaska, es el ganador de la edición 2019 con un tiempo de 9 días, 12 horas, 39 minutos y 6 segundos. Cruzó la meta con ocho perros. Es un veterano de nueve carreras Iditarod consecutivas a partir de 2010. Terminó su carrera de novato y ganó su hebilla de cinturón de finalistas en el puesto 28. En su segunda carrera, Peter mejoró al octavo lugar y luego en 2012, quedó quinto. Kaiser salió del top ten en 2013, 14 y 15 colocando 13 y 14. En 2016, Kaiser regresó al 5º lugar con un tiempo de 8 días, 20 horas y 24 minutos. En 2017, con el inicio de Fairbanks, Kaiser Racing consiguió el 9º puesto. Peter volvió a su quinto lugar familiar en 2018.  Keiser pertenece a una generación de musher desde sus bisabuelos.

 

 

 

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