In memórian Frida
Los perros suelen sufrir terror a los fuegos artificiales, cohetes, petardos… Pero no es un terror como nosotros lo entendemos, es una “forma más intensa de terror”, según lo describe el neurobiólogo de la Universidad de Emory y autor del libro “How Dogs Love Us”, Gregory Berns. ¿Y por qué este terror es más intenso del que nosotros podemos entender? Berns lo explica de una forma sencilla: “Los seres humanos tienen la posibilidad de seguir algún tipo de terapia cognitivo-conductual para intentar mentalmente anular las respuestas automáticas de ansiedad. Pero los perros no tienen ese nivel de control cognitivo y, sin la capacidad de racionalizar, o pensar a través de su ansiedad, pueden experimentar una forma más intensa de terror”.
Esto les lleva a no poder controlar su comportamiento y hacer cosas como salir corriendo despavorido ante la explosión de un petardo sin tener consciencia alguna de los peligros que acechan y las consecuencias pueden ser fatales.
Esta vez le ha tocado a Frida, una preciosa y cariñosa perra que el 14 de septiembre estaba con su dueño en Becerreá, Lugo, en el interior del coche. Iba a comenzar una misa y, como es habitual en Galicia, en la aldea lanzaron un petardo. Frida sufrió de un nivel de terror tal que saltó por la ventana despavorida y un coche la destrozó al instante.
Frida no tuvo capacidad de reacción. Su vida se sesgó en un instante. La familia Álvarez ha perdido a uno de sus miembros, a la más cariñosa de todos, a la más buena, a quien los esperaba con cariño, a quien les dio todo los diez años que vivió junto a ellos.
Todos se quedaron con el corazón roto. La hija, Arancha Álvarez, sólo acertaba a decir: “¡Cuánto dolor! Ella era tan buena, la voy a echar tanto de menos… estoy destrozada, no me hago a la idea”
Frida tenía una vida plena y estaba perfecta. Unos días antes, Arancha había comentado a su tía cuanto le preguntó por ella: “vive como Dios, está para otros 10 años más”.
Pero todo se truncó a los dos días por un maldito petardo. ¿Cuándo vamos a comprender que con estas tradiciones hay unos seres que sufren más de lo que nosotros podemos imaginarnos?
La investigadora de la genómica veterinaria, Jessica Perry Hekman, ha dedicado muchos años de su vida a estudiar la respuesta de los perros al ruido. “No comprendemos completamente la fobia al ruido en los perros. Parece que no solo un gen determina la fobia al ruido frente a su ausencia. Es más probable que sea una combinación de una variedad de rasgos de personalidad que se unen para hacer que un perro corra un mayor riesgo de desarrollar este problema. Lo normal es que comience alrededor de un año de edad y aumente rápidamente”, indica.
Frida fue una perra feliz como pocas. Todo le gustaba. Al vivir en Galicia, sus paseos a la playa con Arancha eran habituales. Allí disfrutaba del agua, pero sobre todo de la compañía de su familia. Llegó a su casa un 31 de julio de hace 10 años. “Era muy hogareña y no se separaba de nosotros, le encantaba jugar con su pelota de tenis y se tiraba y se frotaba el cuerpo como si fuera a impregnarse el olor de su trofeo. Adoraba a mis sobrinos Iago y Álex. Le encantaba viajar en coche, ir a la playa...se sentía libre y se bañaba sin parar”.
Nada se sabe de su procedencia, y se parecía a la raza shi tzu. “Una de sus pasiones era comer, no tenía fondo. Todas las tardes no se despegaba de mi lado hasta que nos íbamos de paseo por la ciudad”, matiza Arancha