«A ciertos perros hay que corregirles el comportamiento"
Cada vez que cuelga en las redes sociales un vídeo con sus perros le llueven los comentarios. Unos le critican porque no comprenden sus métodos, otros le envidian, algunos ponen en cuestión cómo se comporta su manada con los perros que le llegan para rehabilitar, muchos le ensalzan, hay quien le pide consejo y no falta el que le acusa hasta de maltrato. Lo cierto es que a nadie le resulta indeferente. Habla con pasión de sus perros, también de los que han sido desahuciados y le llegan para evitar la muerte. Vive para ellos, los mima y los “endereza”. Si tiene que hacer correcciones, las hace. Y las defiende mostrando sin pudor su trabajo con canes que pasan de morder todo lo que se les pone por delante a estar listos para ser adoptados, integrarse en una familia y vivir una vida que les han negado por el mal manejo. “Les va la vida en ello”, dice y matiza: “somos su última oportunidad, hay que utilizar todas las herramientas que puedas”
Entrevista a Jonatan Zafra
Por Emer IGLESIAS
-Tu manada es de terapia para otros perros. ¿Cómo es eso?
-Aquí todos ayudan. Lo primero es en cómo reciben a los perros que me traen para trabajar. Tengo algunos con un fuerte temperamento y otros con un carácter mas sensible o más sumiso. Yo enseguida veo cómo reaccionan ante los nuevos. Dependiendo del comportamiento de mis perros, al venir un can nuevo yo ya sé un poco cómo es y qué problema tiene. Por ejemplo, en mi manada hay unos que son muy sensibles, que bajo una situación de presión, con un perro agresivo se cohíben, se desmontan emocionalmente. En cuanto lo veo, los aparto, pero yo ya sé que el otro es jodido, que es un perro no sociable. Los míos son todos muy sociables, irían corriendo a saludar al nuevo. Es la primera indicación que me dan. Cuando veo a algunos que se cohíben, que no quieren saber nada, ni siquiera ir a saludar, ya sé que ese perro tiene problemas.
-Y los que no se cohíben, ¿como actúan?
-Los que están más seguros son los que me ayudan más. Con ellos puedo meter más presión de obligar a acercamiento para el que viene con problemas y tengo que tratar, estos aguantan más presión.
¿Es una manada terapéutica?
-Si, claro. Son border collie equilibrados y cada uno tiene un rol dentro de la manada. Horus se encarga de corregir la conducta. Si un perro se altera, enseguida va allí y lo frena. Una hembra es más acogedora con los miedosos, hace como acompañamiento. Hay otros que cuando ven que hay conflicto entre perros no dudan en metese en medio para separar.
-Son tus ayundantes...
-En definitiva, son perros de terapia para perros, es como si hubiese varios educadores. Según qué perro viene y lo que necesite, saco a los que creo conveniente para trabajarlo y empiezo a trabajarlos en manada.
-¿Cuántos tienes?
-Tengo doce, todos border collie. Los que dominan son dos hermanos, un macho y una hembra, con casi diez años. Con un perro nuevo, ellos dos van lo huelen y le comienzan a marcar los límites. Me va bien también ante la presencia de perros de clientes, porque son educados, sociables, sin problemas, entran en una manada ya establecida como si nunca hubieran roto un plato.
-¿Y son de igual carácter?
-La hembra es muy tirana, tiene un carácter muy fuerte y es más de marcar mucho, no deja pasar una. En cambio el macho domina pero les da más confianza a los nuevos, luego les da juego. Pero si se pasan en excitación o cuando entra mucho perro joven que alborota un poco la manada, van ensegida hacía ellos, los corrigen y el perro lo entiende, ellos van marcando el comportamiento.
-¿Desde cuándo los tienes?
-Hace mucho tiempo. Mi padre es pastor de toda la vida, yo me he criado entre perros pastores básicamente. Como a mí me gusta hacer varias cosas, también de actividad con ellos, son perros muy completos que para trabajar van muy bien. Con algunos compito, otros los llevo a alguna exhibición, otros hacen terapia...
-¿Qué tipo de perros son los que vienen para que los trates?
-La mayoría de perros que llegan son PPP y la mayor parte por falta de experiencia o de sociabilidad, por malas experiencias, hay un poco de todo. Hay gente que no ha sabido educar y por no traerlo a tiempo, el perro con carácter se les ha ido de las manos. También hay casos de perros que utilizaban para sparring...
-¿Y qué consigues con ellos, realmente se rehabilitan?
-Yo lo que consigo es que perros de cierto perfil, potentes, con carácter muy fuerte, se puedan relacionar con mis perros. Pero a lo mejor fuera con otros que no son mi manada y en ciertas manos sin experiencia no pueden hacer lo que yo hago.
-Pero en tus vídeos se ven perros ya rehabilitados y parece que ya listos para comerse el mundo.
-La gente ve vídeos que yo publico con ciertos perros y dicen: ‘mira qué perros, qué sociables, están con más perros’, pero eso no es así. Si los sacas fuera puede ser un problema. Ahí hay un trabajo, aquí ya ven que mis perros no son competencia ni hay rivalidad ni nada, están con ellos bien y tienen un referente que es lo que les guía.
-¿Y cuál es el siguiente paso? -¿Cuál es tu método?
-En un principio son canes potentes que hay que ir marcando mucho los límites, qué es lo que pueden hacer o qué no, premiar el buen comportamiento. Yo soy de premiar como el primero, pero de corregir bastante el comportamiento que no queremos del perro.
-Esto levanta críticas...
-En este aspecto a veces hay conflicto. Hay gente que dice ‘yo trabajo todo en positivo y no corrijo al perro’, pero estás limitado porque estás dejando pasar unos conceptos para trabajar. Solo estás utilizando una parte de las herramientas, que es lo positivo. Hay que ver todo, hay que barajar y saber elegir el equilibrio. No vas a premiar una conducta mala; la conducta mala se tiene que corregir, no premiar.
-¿Depende del perro?
-Con ciertos perros, por su naturaleza, por sus características, se puede trabajar mucho más todo en positivo, prácticamente no hay que hacer ninguna corrección. Pero hay perros que llegan aquí que ya me dirás, rehabilita un perro de este tipo sólo en positivo. Mi herramienta principal es la salchicha, yo soy de los que más premio con salchichas; pero hay que dejar claro que son perros que están muy al límite. No estamos hablando de un chiguagua o de animales pequeños tranquilos. Son perros que o salen de aquí bien o directamente son eutanasiados; esto es un último recurso y cuando llega un punto de último recurso tú tienes que utilizar todas las herramientas que puedas.
-¿Es díficil trabajar dejando a un lado tanta critica?
-Aquí nos llegan perros que han pasado por un montón de adiestradores. A veces la gente que ha visto videos míos, porque yo me expongo, hago videos, y me importa poco lo que digan, me dicen por las herramientas que utilizo en un momento dado que ‘el fin no justifica os medios’. ¿Perdona? Será para un perrito normal. Yo para educar un perro jovencito que lo tienes que ir enseñando según va creciendo no voy a hacer ningún trabajo en negativo, todo es a base de positivo y de motivación.
-¿Entonces cómo haces?
-Para un perro de los que estamos hablando, que ya viene con un problemón y que está en el pasillo de la muerte, somos su última oportunidad. ¿Qué es preferible? Si al perro le dejáramos decidir, ¿él qué prefiere? ¿Pasar una estancia un poco jodida, que se dé cuenta, que valore las cosas básicas, comida, que es lo que yo utilizo, el juego, el afecto, que lo empiece a valorar o seguir como está y acabar eutanasiado?.
-Está claro.
-A veces vienen perros que han tenido la comida en abundancia y no lo valoran. Tienen que pasar un poco de hambre para que empiecen a motivarse, a comenzar a trabajar con la comida. En ese proceso yo he tenido a veces conflicto cuando la gente ha visto un perro delgado. Lo he tenido que llevar a ese extremo para que su primera prioridad sea la comida, para poder ir trabajando y positivar las cosas. Si comen cada día en exceso y están saciados le puede más el instinto del comportamiento que las ganas del comer. Tengo que utilizar las técnicas que tenga en mi mano para hacer en cada perro lo que sea conveniente para alcanzar un fin muy claro que es salvarlo.
-¿Y sí no se les tratase así?
-Hay que tenersiempre una cosa clara, estamos hablando de perros que ya han sido desahuciados, que son perros límite, que les va sólo de vivir o de no vivir. ¿Que tirar un cacharro al suelo para hacer mucho ruido es maltrato? No, maltrato es dejar que ese perro o viva 10 o 15 años metido en una jaula o lo tengan que matar por culpa de una persona que lo ha hecho mal o no ha cubierto su responsabilidad.
-Las perreras están llenas de estos perros con un futuro muy negro...
-Por la Ley de Sacrifico Cero, las perreras están llenas de perros que no van a salir, son perros de este tipo, condenados a 15 años de encierro. Esto es otro tipo de maltrato. Si no tienen tiempo ni gente para sacarlos, el perro va a ir generando peores conductas. El sacrifico cero tiene que ir acompañado de otras medidas. Las intituciones se tienen que dar cuenta de que en todas las perreras y en todos los centros tiene que haber gente capacitada que se dedique a arreglar estos perros. Son canes que llegan estropeados porque se los ha cargado una persona. Para meterlos en una casa se tienen que rehabilitar, si no es un peligro.
-¿Tu actividad como profesional del perro cuál es?
-En mi centro hay residencia canina por un lado y club de ocio más bien por otro, porque de deportivo no se hace prácticamente nada. Un compañero y yo sí competimos en frisbee, pero el club es más de ocio, sobre todo para temas de sociabilidad, obediencia, enseñar a los propietarios cómo comunicar con sus perros, educar a los perros. Es lo que quiere un poco la gente, llevar a su perro sin problemas. Hacemos actividades, rutas caninatas para fin de semana. Voy enseñando un poco a la gente, se hacen ejercicios para que vayan trabajando, eso es lo que entra como socio, con la cuota.
-¿Y los perros difíciles?
-Dentro de mi centro está la Asociación Reborn. A estos canes los trabajamos cada día, en función del problema que traiga cada uno. Si, por ejemplo, tiene conflictos con otros perros lo metemos a sociabilizar; otro que no atiende nada pues a hacer obediencia y así se van haciendo grupos. A medida que los perros van estando mejor se van integrando con los grupos y con mis perros de terapia.
-¿Ya dan el paso a una familia?
-Una cosa es que yo trabaje un perro, se rehabilite conmigo y esté bien, y otra cosa el paso de adaptarse al adoptante. Antes de dar una adopción hay unas clases obligatorias. Primero hay que valorar un poco a la persona, cómo es, qué perros tiene, el entorno, muchas cosas. Y dependiendo de eso se le dice si pueden encajar ese perro o no. Si vemos que esa persona no es para ese perro no se sigue adelante. Si decidimos que puede ir bien, que están comprometidos, sobre todo que quieren aprender y trabajar con el animal, entran en unas clases. Se crea vínculo con el perro, tienen que venir. Yo voy enseñándoles para que se vayan conociendo y se lleven ya unas herramientas aprendidas. Luego hay un seguimiento. El perro se deja entre tres semanas y un mes de prueba y vamos valorando cómo va el proceso y si va bien se hace luego ya la adopción definitiva.
-Un proceso largo...
-Aquí no llega el adoptante a elegir al perro, es el perro el que elige adoptante, porque cada can tiene una necesidad y la persona que viene tiene que poder cubrir todas esas necesidades.
-Las adopciones que no se materializan, ¿por qué es?
-Para empezar no todo el mundo vale para cierto perro. Estamos hablando de un perro con unos antecedentes, que ha costado un tiempo rehabilitarlo. No lo damos si no están capacitados para tenerlo. Al final nos lo devuelven y encima es peor, porque hay un retroceso. A veces esa familia no ha sabido seguir lo que le he enseñado, no ha seguido las pautas. También emocionalmente. Le damos unas pautas de cómo se tiene que comportar en casa con ese perro para ir bien. A veces, al principio parece que sí, pero luego van dejando pasar las cosas y el perro siempre prueba, siempre está estudiando al humano, esperando cualquier momento de debilidad tuyo, eso el perro lo sabe. Aquí es el momento que te manipula y se aprovecha. La gente tiene sorpresas y dice “ahora de golpe me ha hecho esto, antes no lo hacia”, es normal. Hay que ser consciente. Son perros que necesitan una persona constante.
-¿No eligen bien los futuros adoptantes?
-Hoy en día la gente elige al perro emocionalmente o por la estética, este es el principal fallo. Si una persona elige un perro que le dura 10-15 años por estos motivos, ya es un problema. Cuando van a buscar un cachorro se guían o por el color, o porque les ha mirado. A veces los sueltan y el primer cachorrito que se viene hacia ellos lo eligen, porque “les ha elegido” y se lo llevan sin conocer ninguna característica del perro y no digo ya de una raza, sino ni siquiera de ese individuo en concreto. Cada perro tiene sus características genéticas. De una camada uno es diferente a otro y eso hay que saber valorarlo.
-¿Que venga hacia ti uno de los cachorros es un problema?
-Un perro que, por naturaleza, es el primero que ha venido es el más cabrón de la camada. Es el primero que se ha separado de la madre y de los hermanos, es el más seguro de sí mismo, es un perro con temperamento que va a necesitar mucha educacion. Siempre te va a estar retando y esto ya es un problema porque, por lo general, esa persona nunca va a saber imponerse por encima, ya se inicia una relación mala siempre. La elección del perro es muy importante, hay que asesorarse, ir a un profesional que te oriente y sobre todo ir a un buen criador que conoce un poco a los cachorros y que los valora.
-¿Las crías ilegales agudizan este problema?
-Ese es el principal problema. Es lo que tenían que empezar a controlar, tenía que estar prohibido. Es necesario un control por la calle. Lo primero que ttodos lleven chip, que si pasa algo se vaya a buscar al responsable. También la castración tendría que ser obligatoria por ley a no ser que seas criador con afijo y todo en regla. Los que hacen las leyes se tendrían que pasar una semana entera en una perrera; el primer problema es la Ley, diferente en cada Comunidad, cada Ayuntamiento, hasta las razas PPP no son las mismas en cada Comunidad. Sin arreglar la ley, no se puede solucionar esto. Da igual, una perrera se vacía hoy y se vuelve a llenar mañana.
-Un camino difícil...
-Lo que realmente hoy día se está moviendo, es como modas, lo que queda bien para la cara del público es eso, todo en positivo, solo con premios al perro, que no se le corrija, es lo que vende ahora, la gente es lo que quiere. En este país se aprende a base de palos. La gente deja de abandonar cuando se entera de que al vecino le cayeron 30.000 euros de multa. Tiene que haber sanciones altas y efectivas