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puede llevar tus mensajes en su collar

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En la era de whatsapp, de redes sociales, de comunicaciones inmediatas, hay perros entrenados para llevar mensajes a su guía. Los perros mensajeros son los grandes olvidados de la historia. Aunque la paloma siempre fue el animal elegido, en época de conflictos bélicos, muchos países usaron perros como mensajeros para llevar misivas entre las líneas de fuego con rapidez, sin ruido y sin ser descubiertos por el enemigo. 

Por Carlos XESTAL

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Su origen está en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial. En España fueron utilizados durante la Guerra Civil por ambos bandos y, para ello, eran entrenados duramente para que cumplieran su cometido. Tras el fin de las guerras este “trabajo” desapareció y en la actualidad se practica como disciplina deportiva, en zona de bosques. Durante la Guerra Civil gracias a los mensajes que transportaban los perros en las líneas de fuego se lograron salvar muchas vidas humanas. Se recurría a ellos cuando las líneas telefónicas no funcionaban o no se podían usar por miedo a ser interceptadas.
Aunque el entrenamiento para que un perro lleve un mensaje de una persona a otra no es muy complicado, en tiempos de conflicto fue realmente duro porque los perros tenían que aprender a sortear bombas, pasar entre los fuegos cruzados, no distraerse, caminar todo lo rápido posible, no ser descubierto y, sobre todo, no ponerse a tiro del enemigo. La raza era indiferente, según Richardson, comandante de la Escuela de Perros de Guerra británicos, lo importante era que tuvieran: “Un fino oído y olfato, sagacidad, fidelidad y un fuerte sentido del deber.”
El papel de los perros durante la Guerra Civil Española fue novelado por el veterinario y escritor Gonzalo Giner en su obra “Pacto de lealtad” (Planeta), donde a partir de hechos históricos descubre cómo muchos de estos perros fueron adiestrados en España por la Cruz Roja o por las unidades de montaña.
Hoy, el trabajo de estos perros es recordado en las pruebas de la disciplina “Messenger Dog”, también conocida como Rapporthund. Es un deporte de equipo formado por un perro y dos guías. El can corre una distancia relativamente larga entre dos guías (a menudo un equipo de esposo/esposa o padre/hijo) para entregar un mensaje dentro de un tiempo establecido, sin ladrar, quejarse o hacer ruido excesivo.


Cuando un perro se inicia debe recporrer 1 km en dos tramos de 500m en siete minutos. En el nivel experto debe atravesar 6,1 km repartidos en cuatro tramos en 36 minutos. El perro más rápido obtiene 290 puntos, y por cada 90 segundos más lento que el tiempo más rápido, se deducen 14.5 puntos. Los puntos también se reducen si el perro ladra o gime en las posiciones de espera, o si hace ruido.
Lo primero para iniciarse en Messenger Dog es enseñar al perro que es muy divertido correr de un guía a otro, pero de forma controlada, ya que cuando llega con unos de ellos debe permanecer un rato quieto antes de volver con el otro.
Se debe comenzar en un lugar sin personas o perros cerca. Un guía, “G2”, camina con el cachorro a una distancia donde aún pueden ver y escuchar al otro, “G1”, que permanece quieto. El perro espera junto a G2 hasta que le da la orden “corre” y G1 comienza a llamar el can por su nombre. Cuando el perro llega a G1, recibe premios y muchos elogios. G1 se sienta para relajarse junto al perro. Después de un rato lo envía a correr a G2 y se repite la operacion a la inversa, así unas cinco veces. Finalmente debe permanecer tranquilo junto a G1 y esperan a que G2 vuelva a ellos.


Cuando el can ha repetido el ejercicio tantas veces que claramente sabe lo que los manipuladores esperan que haga, el equipo puede comenzar a practicar en un bosque y gradualmente comenzar a usar distancias más largas. Al principio dentro del campo visual del perro. Después, cuando deje de ver a uno de sus guías, se hace la misma operación pero siempre desde donde el animal puede escuchar las llamadas del otro guía. Una vez superada esta etapa con satisfacción, gradualmente la distancia se hará más larga para que ni siquiera puedan escucharse.
Lo más importante es que el can nunca debe volver a un guía sin haber alcanzado primero al otro. Esto se verifica a través del móvil o con una “bandera” que se ata al arnés.
En las competiciones, no solo se le pide al perro que corra de un guía a otro, sino que también debe comportarse bien mientras espera sin ladrar ni quejarse y en silencio.
Además, los guías G2 cambian su posición mientras los perros están con G1, por lo que también debe rastrear. En una competición suelen participar 5-6 perros, pero puede haber hasta 10. El perro mensajero debe usar un collar con un pequeño recipiente para “llevar el mensaje”.
Muchos propietarios les dan golosinas a sus perros cuando llegan al manejador, algo que está permitido durante la competición.
Cuando esta comienza los perros con su guía G2 se alejan de G1 caminando por el bosque siguiendo a uno de los dos jueces de la prueba, el otro juez se queda junto a G1 que puede despedirse de su perro con alguna frase como: “Adiós, me quedaré aquí”. En una posición de espera marcada con B, todos los G2 atan a sus perros a un árbol.


El juez indica el horario de inicio de cada can, con una diferencia de tres minutos entre cada uno. Cuando el juez de la prueba da la salida al primer perro el guía le dice “corre” y se queda un minuto en la salida por si vuelve. Si esto sucede, se le permitiría darle nuevas órdenes al perro durante un minuto. El juez que marca la salida está en contacto con el segundo juez que es quien le confirma si el perro ha llegado hasta su cometido y lo comunica a los guías que están esperando la vuelta de sus perros. En este punto puede ocurrir de todo: que los perros lleguen en un orden diferente al que salieron; que ni aparezcan porque han regresado al otro controlador o que varios perros lleguen juntos corriendo como una manada. Una vez que vuelven lo primero que se debe hacer, tras agasajarlos, es darles agua, para que sepan que siempre obtienen agua de su guía y no la busquen mientras corren, y relajarlos.

¿Cómo entrenarlo?
Tras los atentados del 11-S la adiestradora Amber Higgins abrió el blog “Family Disaster Dogs” para mostrar cómo enseñar al perro familiar a llevar mensajes a su familia. Para iniciar al can hay que caminar junto a él con la orden “lleva”. Según Amber, “son necesarias dos personas. Se envía a su perro de vuelta entre usted y otra persona usando ‘venir’, ‘regresar’ o ‘ir a’. Después le pedirá que lleve un objeto a la otra persona, que debe estar a la vista y no muy lejos, y le dirán que se lo devuelva”. Se le pide a la otra persona que llame al perro e inmediatamente se le ordenará “ir a Nombre”.
Cuando llegue a la otra persona, ésta lo elogiará y luego se le dirá “Regresa”para que vuelva. Al mismo tiempo, se le llamará para que “venga” y se le alaba cuando vuelva a su dueño. Estos ejercicios se deben repetir 4 o 5 veces. En una segunda etapa, la otra persona se coloca hacia un lado y se cambia el camino de vuelta. En poco tiempo, el perro aprenderá a ir desde el guía a la otra persona a la orden.

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