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Conocemos a los perros de caza

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Desde el comienzo de la historia los perros han sido usados para labores de caza. Ya de por sí, entre las diferentes razas de perros unas son más cazadoras que otras, pero hay que tener muy presente que son animales de costumbres.

Por Beatriz PASCUAL

Francisco López Fernández, Delegado de la Federación Madrileña de Caza y campeón mundial, tiene un contacto muy directo, pasa mucho tiempo con ellos y así lo afirma, “a los perros hay que acompañarles, ponerles en contacto con la caza y trabajar con ellos”. Detrás de cada uno de estos hay un entrenamiento previo basado en repeticiones, “lanzarle un palo, que te lo traiga, darle premios cuando lo hace bien...”, explica. Es fundamental la dedicación, la paciencia y la constancia.”Los perros son listos, no inteligentes, las cosas hay que repetírselas” apunta.
Concretamente, Francisco se dedica a la caza de competición, en la que lleva a cabo actividades deportivas que defienden la fauna salvaje y es respetada y protegida tanto por el cazador como por el perro, “lo importante es la calidad, no la cantidad” señala. Por ejemplo, una de estas actividades es la de la modalidad San Humberto, que se realiza con perdiz de granja, y en la que cada actuación dura 20 minutos, durante los cuales se puede abatir como máximo dos piezas respetando al resto que puedan encontrarse.
Para un campeón del mundo los factores imprescindibles para que esto sea posible son: el trabajo, la constancia y la alimentación. “Hay que alimentarles según la estación, ahora con el frío hay que darles un pienso más fuerte, con más proteínas” señala. Y también hace hincapié en la importancia de darles su lugar, “muchas personas cometen el error de humanizarles” indica.

 

El promedio de vida activa de estos canes va entre los 10 y los 13 años comenzando desde el primer año de vida. Francisco cuenta con cuatro perros, de razas Spaniel Bretón y Beagle, uno de ellos una perrita de 13 años con la que aún sale a cazar y con la que sentencia “es muy bonito, porque su mayor ilusión es complacerte”.

Rehalas autodidactas
La temporada de caza en la modalidad de montería varía según la Comunidad Autónoma. En algunas zonas, como Aragón, Cataluña o La Rioja comienza en septiembre. En Extremadura, Andalucía y Castilla - La Mancha, entre otras, a mediados de octubre, concluyendo todas a finales de febrero.
Estas monterías no serían posibles sin las rehalas, concretamente gracias al trabajo de los rehaleros, perreros, auxiliares y perros. Estos, empiezan la montería mucho antes del alba y la acaban muy entrada la noche recogiendo a los perros. Luis Alberto Moyano, es perrero y propietario de la Rehala Moyano García Torres, y se encarga de cuidar los perros durante los 365 días de un año.
Una rehala es un conjunto de entre 20 - 25 perros, cuyo cometido es encontrar, acosar y perseguir a las reses hacia los puestos donde se sitúan los cazadores. “La función principal de los perros de rehala es la de buscar constantemente a las reses dentro del monte, batiendo una finca concreta, levantando a los animales de sus encames, para dirigirlos hacia las posturas”, apunta Luis Alberto.

Estos canes se crían seleccionando a los padres; tanto el macho como la hembra a criar, por un tema únicamente genético. Tienen los mismos cuidados, higiene y revisiones veterinarias que un perro doméstico pero sí es importante que cumplan ciertas cualidades “como la dicha, el tesón, nariz, fuerza y agilidad”, enumera el perrero.

  

Desde que son cachorros se les junta con perros adultos, para que aprendan viéndolos. Cuando no es temporada de caza, viven de forma ociosa y relajada en la perrera hasta que “unos meses antes de la temporada se les saca a campear y se les entrena para que recuperen la forma física y cojan musculatura nuevamente” comenta el rehalero.
La vida activa de un perro de estas características suele ser de unos 10 años aproximadamente, “y cuando les llega la hora de “jubilarse”, viven tranquilamente en el campo, utilizándose como sementales para futuras camadas” finaliza Luis Alberto.

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