Los canes que siguen el rastro de sangre
Los perros de sangre usan la trufa para buscar animales heridos. Desde alguno atropellado que ha conseguido salir corriendo del lugar del accidente, hasta los que se pierden y no son localizados en parques o reservas naturales, pasando por las piezas de caza de las monterías. Incluso, en algunos casos, a personas heridas, aunque no es lo habitual.
Por Emer IGLESIAS
Según indica Ernesto Álvarez de la Torre, vicepresidente de la Asociación Española de Perros de Sangre, AEPES, en declaraciones a LADRIDOS, cuando un animal sufre un atropello en una carretera y sale corriendo además de que puede provocar otro accidente, si desaparece, no hay forma de que el seguro se haga cargo del suceso. “En las autovías o autopistas, que tienen que estar totalmente cerradas, si algún animal accede y provoca un accidente, el responsable es el Ministerio, por lo que es imprescindible encontrar al animal”.
Tanto particulares que se han visto involucrados en un choque con un animal, como los agentes del Seprona, suelen solicitar los servicios de algún equipo de AEPES para que busque con su perro el animal herido. El trabajo se suele hacer en frío, es decir hay que dejar que pase un tiempo para que el rastreo sea efectivo. “Si un animal herido detecta que le ‘persigue’ un perro, pondrá todas las fuerzas que le queden en salir corriendo y es imposible encontrarlo. Siempre hay que dejar que se asiente, que se recueste, que se tranquilice, que se enfríe y detenga su huida”, matiza Álvarez de la Torre.
El origen de los perros de sangre es recuperar o llegar hasta una pieza de caza herida para evitar un sufrimiento innecesario al animal o una muerte inútil sin aprovechamiento de carne, y en definitiva que se queden en el monte numerosas piezas de caza mayor que nunca son cobradas.
Estos perros, debidamente adiestrados, y que pueden ser de cualquier raza o mestizos, son capaces de seguir el rastro de un animal herido incluso con más de 78 horas de antigüedad. De hecho, según Ernesto Álvarez, el rastreo se debe iniciar lo más pronto tres horas después de que el animal haya resultado herido. “En la búsqueda de las piezas tenemos un problema añadido y es que generalmente vamos con el perro a rastrear al día siguiente y ya no es día de caza, luego es un delito. Debemos comunicar nuestro rastreo al Seprona, para evitar conflictos”.
En muchos países europeos hay una gran tradición de obligación de recuperar la pieza cuando hay sangre, “Aquí no es obligatorio, pero debería serlo. La asociación trabaja en esta línea sensibilizando a los cazadores sobre la necesidad de usar perros entrenados para el rastro de sangre para minimizar la pérdida inútil de animales en el monte; además de defender la necesidad del rastreo con perros de reses heridas ante los organismos responsables”. También certifican a los binomios de rastreo con perros de sangre.
Otra de los trabajos de los miembros de AEPES, la mayor parte certificados con su perro en el rastreo de sangre, es la colaboración con las reservas nacionales, donde ceden perros de sangre a los guardas.
“En reservas nacionales cedemos perros a los guardas, así también es una forma de controlar al perro. En estos momentos hay alrededor de una veintena cedida. AEPES ha creado lo que denomina el ‘programa de reservas’, por el cual los guardas de reservas o de cotos son socios de forma gratuita y se les cede un perro de sangre para su utilización en la búsqueda de animales heridos en su actividad”.
Por medio de un contrato, el guarda se compromete a la crianza, entrenamiento y cuidado del perro y a informar de su evolución. Caso de no cumplir alguna de las condiciones acordadas, AEPES se reserva el derecho de retirar el perro.
En este momento hay perros cedidos a guardas de reservas naturales de Aragón, Asturias, Castilla y León, Cataluña y Extremadura.
La tradición de los perros de sangre está muy arraigada en Francia. AEPES se formó en España en 2008 bajo la tutela de la Union Nationale pour l’Utilisation de Chiens de Rouge (UNUCR), asociación que trabaja por la profesionalización de los perros de sangre. Los miembros de esta organización francesa también han colaborado en algunas ocasiones con la Policía francesa en la búsqueda de personas heridas, “aunque no es lo habitual, ya que las Fuerzas de Seguridad tienen su propio servicio cinológico, pero se colabora si piden ayuda”.
En nuestro país, AEPES funciona de forma totalmente altruista sin ningún ánimo de lucro por parte de sus asociados. Así, evitan toda implicación económica o publicidad más o menos encubierta de organismos cinegéticos, criadores, vendedores profesionales de perros o clubs de raza
Cómo se prepara un perro de rastreo de sangre
Se empieza de cachorro con un perro con instinto de búsqueda y ganas de complacer al dueño. Se cultivan los instintos primarios como el de búsqueda con una piel de caza que se convierte en su juguete. Poco a poco se va escondiendo, dejando indicios, se echan gotas de sangre. El perro ya sabe ese olor lo que es y se usa un comando concreto, como ¿Dónde? Al jugar se le despierta una reacción al olor de sangre, condicionando el instinto.