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UME, los más selectos e inagotables perros de rescate

UME

El equipo cinológico de la UME está listo para actuar en horas en cualquier lugar del mundo. Los perros aprenden desde pequeños a buscar personas vivas en condiciones extremas en las que otros canes son incapaces. Su signo de identidad: ser autosuficientes donde los necesiten y tener la máxima durabilidad.


Por Miguel PELE / Emer IGLESIAS

 

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José David Moreno Borregón es uno de los dos guías caninos del equipo USAR de la UME, cabo en el escalafón militar, certificado junto a sus perros por INSARAG, el Grupo Consultor de Búsqueda y Rescate Internacional de la ONU, así como todos sus compañeros del grupo USAR de la UME, un equipo internacional de búsqueda y rescate urbano para auxiliar de manera rápida y eficaz a una nación azotada por un desastre, que debe cumplir unos estrictos estándares marcados por Naciones Unidas.
La necesidad de trabajar ante cualquier adversidad como terremotos, riadas, aludes, desprendimientos de tierras… obliga a una instrucción ardua de los equipos cinológicos. “Lo primero es trabajar mucho tiempo, son muchas horas de instrucción enfocadas a búsquedas largas. Se hacen búsquedas largas. La diferencia con otros equipos es que nosotros en la UME somos autosuficientes y buscamos la durabilidad, la máxima durabilidad. Somos el último eslabón de la patria, y las búsquedas no pueden ser cortas. Las maniobras son largas, arduas, donde se ve la fatiga que tiene tanto el perro como el guía. Se lleva al can al límite y si se ve fatiga, se para”, matiza Moreno a LADRIDOS.
Los perros del equipo cinológico de la UME provienen de tres vías diferentes: del centro militar de veterinaria del Ministerio de defensa, de donde vienen con un año y son de compra; del centro militar de cría y remonta de Ávila, en este caso los reciben con cuatro meses y en la UME se encargan de la socialización, exponiéndoles a experiencias que luego se van a encontrar; y de donación de particulares, a los que se les pasan unas pruebas para ver si son idóneos.
Una vez en la Unidad Militar de Emergencias, nada se deja al azar. Su instrucción debe ser lo más completa posible dirigida siempre a intervenir en situaciones caóticas. “Nuestra máxima es ‘se instruye como se combate, se combate como se instruye’, trabajamos para la intervención”.
Lo inmediato es ver si es idóneo a través de pruebas, una vez seleccionado, los primeros pasos son la socialización. “Hasta el año no se hace deporte, pero sí se le meten escombros y agilidad a su nivel y mucha propiocepción. Hay que tener en cuenta que el escenario es adverso para el perro y tiene que tener mucha agilidad para moverse y sin el guía cerca. La agilidad es muy importante, desde muy pequeñitos hay que dar paseos por los escombros. Y también se le fomenta el instinto de caza y presa”.
Los perros de la UME son de élite por la preparación que reciben desde pequeños. “En una estructura colapsada, un perro normal no la hace. Si desde pequeños los hemos trabajado a su nivel, luego cuando se encuentra ese caos, al perro le da igual y va a dar el cien por cien”.
Aunque al can se le exige un rendimiento alto, los guías tienen una preparación extrema para saber hasta dónde puede llegar su can. Según José David Moreno, “Trabajamos con la fatiga de nuestro perro, para saber hasta qué límite lo podemos llevar. Si ocurre algo, o un perro llega a fallecer en una búsqueda por agotamiento es por mala praxis del guía. Hay un factor que es el límite olfativo, el perro puede estar trabajando bien, pero si lo ha pasado ya no está buscando. Hay que trabajar la frustración del perro y la fatiga.
Incluso estas situaciones pueden llevar a parar una búsqueda. “Si vemos que el perro da un bajón, lo metemos en el coche, que es su casa en un operativo, da igual en instrucción que en real, y se le hace después un ejercicio corto para que se suba otra vez, siempre vamos a favor del perro”.
Aunque se hable de trabajo y de rescatar víctimas que sin la actuación cinológica perderían la vida, para los canes es un juego. Las prácticas se hacen con figurantes, militares que se esconden en escombros, en la nieve o incluso en el agua, a la espera de que el perro los encuentre. “Nuestro figurante es el que le da la motivación y el juego al perro. Un 99% del juego se lo da el figurante en la instrucción, pero luego en búsqueda, el día de la intervención, es el guía. Una vez que el figurante es “descubierto” le da el juego al perro y el guía llega detrás y lo felicita”.

Pero no todas las búsquedas dan resultado. Si el perro se releva y no ha encontrado, yo como guía lo felicito, porque lo ha hecho bien, pero no se va a llevar el rodillo, el premio, para no confundirlo”.
La UME cuenta con 5 batallones en Madrid, León, Zaragoza, Valencia y Sevilla, además de un destacamento de Tenerife. En cada equipo hay seis perros operativos, cuatro preparados para buscar personas vivas y dos especializados en cadáveres. “Son diferentes. El trabajo y la instrucción es igual, incluso en la manada cuando salen juntos, pero a la hora de detectar, detecta cadáveres. Siempre priorizamos la búsqueda de vivos, los cadáveres pueden esperar”.
Cada guía tiene asignado dos perros operativos y otro en instrucción, para ir preparando el relevo. Muchos guías no pueden llevarse todos los perros a casa y viven en el centro de la UME en la base militar de Torrejón de Ardoz, Madrid. “Lo que si nos obligamos es a llevarnos dos días a la semana a cada uno de ellos a casa. La capacidad de aprendizaje es todo el año y hay que aprovecharlo. Además, en vacaciones los puedes pedir y el mando te autoriza a llevártelos, casi todos nos los llevamos”.
Las razas de estos perros son línea de trabajo de malinois, pastor alemán, una vez una pastora belga tervueren donada y algún labrador, pero el grueso son malinois.
Cada raza aporta una especificidad en la búsqueda. “El pastor alemán es un cinco para el rescate, no es tan eléctrico como el malinois, pero es muy constante”
Aunque no todos los perros son idóneos para esta labor que salva vidas. “Hay perros que no valen, nosotros tenemos un margen de tiempo para ver si vale, que depende sobre todo del perro, también el periodo de formación es diferente. Se suele invertir un año en estar operativo. Mi malinois, Pogo, tiene tres años, lo que se suele hacer en un año, este perro ha tardado dos, porque no es lo misma la carga de trabajo de tener un perro que tener tres, como tenemos nosotros”

Pogo: la élite de la resistencia
Tras dos años de formación, Pogo es un perro de élite en el rescate de personas en condiciones adversas. En plena ola de calor y a las 12,30 del mediodía, no tarda ni diez segundos en encontrar al soldado que le ha tocado hacer de figurante en la instrucción de hoy. 
Pogo y José David llegan en el vehículo oficial de la UME a una estructura colapsada, un amasijo de hierros, escombros, vehículos y cristales en un secarral en las inmediaciones de la base militar de Torrejón. 
Cuando el cabo abre el transportín en el interior del vehículo y da permiso, Pogo sale con toda su potencia a correr y brincar, sin importarle los 40 grados que acechan a nuestro alrededor.
A la orden de su guía comienza a buscar por encima de los escombros, por debajo de los hierros, por el interior de los vehículos aplastados o por estrechos huecos donde puede haber vida. A los pocos segundos, se para junto a una víctima inmóvil que descubre encima de una placa y comienza a ladrar como un descosido. No se mueve, hasta que el guía llega. Lo ha hecho perfecto, recibe su juguete, un mordedor lanzado al aire y todavía salta más para cogerlo. Es su felicidad. 
A los pocos minutos, otra búsqueda. Esta vez el figurante está más escondido. A Pogo parece importarle poco. Casi no da tiempo ni a hacerle alguna foto y ya está ladrando sin parar hacia abajo colocado en el extremo de una viga elevada, desde donde se ve al herido. Espera su juguete y a brincar de alegría. El guía lo felicita. Y vamos a por la tercera víctima todavía en un sitio más recóndito. Entre los grandes trozos de hormigón hay un agujero que acaba en unos cascajos metro y medio más abajo. El figurante se escondió a conciencia. El can espera la orden y comienza a buscar, da una pequeña vuelta, pega un requiebro y se dirige al agujero. Sus ladridos resuenan bajo el sol abrasador pero él permanece inmóvil hasta que el cabo llega. El figurante le echa su mordedor y a correr y saltar con el juguete en la boca
La última búsqueda del día la realiza en un coche aplastado por grandes trozos de hormigón en el que es casi imposible observar algo dentro. Moreno le da la orden de búsqueda y por un hueco mínimo de una puerta aplastada con la ventanilla rota se introduce en busca de vida. Cuando sale recibe de nuevo su juguete. Hoy ha sido un día especial para Pogo, en pocos minutos ha podido tener su mordedor entre sus dientes, su verdadero objetivo, y sin saberlo ha salvado cuatro vidas, el objetivo del equipo USAR de la UME.

Equipo USAR reglado
En el equipo USAR hay dos guías y cuatro perros de vivos, ya que se prioriza la búsqueda de vivos, aunque la UME ha llevado en algunas ocasiones perros especializados en cadáveres porque han ido al lugar del suceso más tarde.
El INSARAG marca unos estándares de cómo salir y cómo trabajar, todo reglado.
Cuando la UME sale bajo el paraguas de la ONU debe llevar el equipo USAR con cinco condiciones o componentes mínimos: un mando, comunicaciones adecuadas, sanidad, logística y búsqueda y rescate.
“Un equipo USAR no puede ser un problema ni una carga para el país al que vamos, tenemos que ser autosuficientes, hay que ir completos, certificados, y con conocimientos en inglés. Las órdenes a los perros son en alemán. El trabajo del equipo de un país se puede relevar con otro equipo de otro país, también certificados, donde lo ha dejado uno empieza el otro, son 24 horas. Igual que la maquinaria, tiene que ser la misma, para proseguir el trabajo, eso lo marca todo INSARAG”, señala a LADRIDOS, el brigada de la UME José Luis Silva.
“La primera certificación de la UME fue en 2011, luego fuimos recalificados en 2016. En 2021 hay que volver a pasar las pruebas, porque las certificaciones son por cinco años. Ya lo estamos preparando”, matiza el cabo.

Protocolos estrictos
La forma de trabajar sigue unos protocolos estrictos. Después de que el país, o la comunidad, asigne un sector el primero en intervenir es un equipo de reconocimiento del perímetro que valora los peligros, estructuras, gases… En segundo lugar se hace una batida y se sacan las víctimas de superficie a la vista o que están dando voces. Tras estos dos pasos, entra el equipo cinológico. “El perro hace marcaje activo, no puede tocar a la víctima, ladra cuando detecta y se queda ahí quieto, no se aleja del herido. Sin premiarlo se le quita de ahí. Y va un segundo perro de confirmación, se triangula, y se avisa al equipo de búsqueda técnica. Se premia a este perro, pero todo muy en silencio, hay que tener en cuenta que están los familiares”, aclara el guía canino.
Acto seguido “Nos recogeríamos o si hay más víctimas seguimos con más búsquedas”.
La forma de trabajar los perros en grandes catástrofes es primero con búsqueda libre y luego dirigida. Según José David Moreno “intentamos trabajar fuera del escombro, entra solo el perro primero, y si la situación lo requiere entra el guía, no entraría nadie más”.
Tras los perros es el momento del equipo de maquinaría y los sanitarios para rescatar a las víctimas.
“Además llevamos un observador, por seguridad, que hace el croquis de todo, va marcando los lugares por los que se ha pasado”, matiza el brigada Silva.

Niveles de actuación 

La UME puede salir sin el amparo de la ONU a petición de cualquier país o comunidad. “Cuando la UME va a una intervención ya es una emergencia grande. Hay tres niveles que se complementan: 1-El local que tiene sus perros, ahí no actuamos. 2-Autonómico. La comunidad nos pide actuar, coordina la comunidad autónoma.
3-Es la UME la que dirige todas las operaciones y coordina a todos los que trabajen ahí. Es el nivel del Estado. Este nivel no se ha dado en España”, relata el brigada.
Casi todas las actuaciones de la UME son en el nivel dos. “Vamos bajo las órdenes del mando de la UME pero coordinados por la comunidad. Nos dan un sector”.

 

EVALUACIONES ANUALES
En el equipo USAR hay dos guías con cuatro perros certificados y después estos guías capacitan al resto de batallones. Además, todos los años los perros operativos de la UME pasan evaluaciones por parte de un organismo interno de la Unidad Militar de Emergencias, “y también de la escuela de guías donde nos instruimos y adiestramos, nos pasan las pruebas para ver que estén operativos. No vale que nosotros digamos que nuestro perro está preparado, todos los años nos tienen que evaluar”.

 

Defensa vigila los perros hasta el final
Los canes de la UME se jubilan normalmente a los ocho años. Hay varias opciones por este orden: 
1-Si el guía puede y quiere, se lo queda.
2-En el caso de que su guía no pueda adoptarlo, se busca algún compañero cercano, cuya familia conoce los cinológicos de la UME. 
3-Cuando las dos opciones anteriores no son posibles, se busca una donación a organizaciones que trabajan con la UME que buscan familias a estos perros.
Desde la UME se les hace seguimientos, además de que se les trata en el centro militar de veterinaria de Defensa. Aparte, se hace todos los años una quedada con los perrosy sus familias.

 

LOS DATOS

36 perros, 6 en cada batallón

3 por cada guía; dos operativos y uno en instrucción

Certificados USAR: dos guías y 4 perros

4 para vivos y 2 especializados en cadáveres en cada batallón

Búsquedas arduas, van al límite de su resistencia, a veces hasta ocho horas en condiciones extremas

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