La realidad sobre los dogos de burdeos “asesinos”
Desde que hace cuatro días dos dogos de burdeos cruzados con no sé qué mordieron y mataron a sus dueñas en un pueblo de Madrid todos los medios de comunicación están dando su versión avalada por “profesionales” que, en algunos casos, poco o nada tienen que ver con el conocimiento profundo del comportamiento animal. Las redacciones, ante un trágico suceso muy mediático, corren veloces a conseguir las opiniones de los profesionales que tienen más a mano para transmitir a sus lectores un artículo con el titular lo más llamativo y atractivo posible. El objetivo es un buen titular que “funcione” bien en las redes sociales y se comparta por todos los rincones posibles. Luego el contenido, algunas veces, ya es otra cosa.
Por LADRIDOS
Hemos tenido que leer opiniones de veterinarios, que su carrera profesional se circunscribe a una consulta, sobre los motivos que llevaron a esos dos dogos de burdeos a asesinar a sus dueñas. ¿Un veterinario? ¿Se imaginan ustedes que cuando se detuvo al asesino de Diana Quer o a la del niño Gabriel para explicar un poco más del caso un médico de familia de los que te recetan paracetamol cuando estás resfriado opine sobre los entresijos retorcidos que en una mente humana pueden llevar a asesinar? ¿Y que su opinión se convierta en un titular que casi se hace viral?
Si hay desconocimiento y falta de información entre los propietarios de perros de cómo se debe tratar a los animales en casa, mucho más hay en los medios de comunicación sobre el mundo canino, un mundo donde nada favorece que los profesionales estén constantemente metidos en guerras encarnizadas para desprestigiar al otro y quedar como héroes en solitario.
Para poder ofrecer un argumento de valor que sea reseñable en un medio de comunicación, la fuente de información de la que se parta debe ser relevante en el tema, es decir, debe ser cuando menos, especialista en la cuestión que se trata, incluso tener autoridad reconocida y peso en la materia. Es algo que se obvia muchas veces por las prisas de querer ofrecer el mejor titular.
Es incomprensible que algunas redacciones hayan telefoneado al veterinario que conoce no sé quién para dar información a sus lectores sobre la incongruente ley de perros de razas potencialmente peligrosas, o para valorar lo que ha ocurrido en Colmenar de Oreja, mezclando a la postre conceptos y términos que solo hacen confundir más a los dueños de perros.
Tampoco es de recibo transmitir opiniones de algunos adiestradores, como si estos fuesen una autoridad reconocida en la materia. El adiestrador, en general, enseña al perro a estar sentado, a darte la pata, a tumbarse a tu orden, una obediencia básica en resumidas cuentas, que poco o nada tiene que ver con el suceso de Madrid.
Para intentar llegar al fondo de este tema hay que tener un mínimo (o un máximo) de formación en comportamiento animal. Esta formación puede llegar por los estudios de etología. Según la Fundación Affinity, “Muchas de las preguntas que nos hacemos cuando algún comportamiento del perro no es el esperado puede ser resuelta por la etología. Un veterinario especializado en Etología Canina encontrará una respuesta a dichos actos”, indica Gabriella Tami, Doctorada en Veterinaria y Máster en Etología.
Analizando gran parte de las informaciones que los medios de comunicación han publicado sobre el caso, prácticamente es inexistente un veterinario especializado en Etología Canina como fuente.
También una fuente con valor y reseñable en el tema pueden ser profesionales del adiestramiento canino especializados en analizar conductas y con muchos años de trabajo en su modificación, y, cómo no, con una evolución en sus métodos basada en su experiencia.
Aunque el adiestramiento no es una profesión regulada en condiciones, y los títulos son la mayoría de las veces autocreados, lo cierto es que hay adiestradores que han dado el salto o a educadores caninos o a psicólogos caninos avalados por una gran experiencia y formación constante.
Tampoco encontramos apenas a estos profesionales en las reseñas de los medios de comunicación.
Y para acabar la opinión de un experto en la materia, un profesional relevante con autoridad reconocida.
Jonatan Zafra, uno de los psicólogos caninos más reconocidos en nuestro país, que rehabilita perros con fuertes problemas de comportamiento casi todos condenados a una eutanasia o a vivir recluidos el resto de su vida, señala que “muchas veces no somos conscientes de lo que tenemos entre manos... cualquier pequeño detalle en la relación con un grupo de perros como estos (por características) puede ser causante de un conflicto y que la cosa acabe muy mal”.