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Jubilados “civiles” en busca de hogar

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Más de 250 “perros-policía” han sido adoptados en los últimos cinco años gracias a “Retired Dogs 112”, ONG que tiene la exclusiva de los canes de la Guardia Civil que acaban su vida laboral. Desde 2014 la ONG Retired Dogs 112 pone en contacto a las unidades cinológicas de los distintos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con familias que quieren adoptar a perros que, por edad o por enfermedad, ya no valen para estar en la “élite”. Tras pasar años localizando estupefacientes o a personas desaparecidas, estos canes necesitan un hogar en el que pasar sus últimos años descansando y recibiendo cariño. “Son viejitos pero fuertes y necesitan cariño y amor, aunque no como un perro de compañía normal”, aseguran desde la asociación.

Por P. ALAMEDA

Desde cachorros son entrenados para desempeñar una labor profesional junto a los Cuerpos de Seguridad del Estado pero, ¿sabe qué ocurre con los perros que acompañan a los agentes en las operaciones antidroga o en los dispositivos de búsqueda de desaparecidos cuando ya no pueden continuar con su trabajo?
Desde 2014 Noemí González y Rafael Domínguez, fundadores de la ONG Retired Dogs 112 en la que trabajan cinco personas, se encargan de buscar un hogar para los “perros policía” después de su jubilación. Su historia arrancó cuando decidieron hacer hueco en su hogar a Byron. El can, que hasta entonces había formado parte del cuerpo de Policía Municipal de Barcelona, enamoró tanto a sus dueños que decidieron crear una asociación para dar salida a otros valiosos perros que, bien por edad, bien por haber perdido sus facultades para el trabajo, o porque sus guías no podían hacerse cargo de ellos fuera del servicio, se quedaban hasta entonces en las instalaciones de la Policía Nacional o la Guardia Civil hasta teminar sus días.


En torno a los nueve años, si están sanos, es la edad a la que habitualmente los Cuerpos de Seguridad retiran a los integrantes de sus unidades caninas. Perros que pasan todos los controles y continúan siendo animales completamente sanos y activos pero que a partir de esa edad pueden comenzar a perder sus aptitudes y salen de lo que se considera la “élite”. En Retired Dogs 112 se encontraron con que había un vacío legal sobre lo que se debía hacer con estos perros cuando ya no pueden trabajar más y decicieron comenzar a buscar familias adoptantes. “El boom al principio fue brutal, no existía nada parecido. Contactamos con varias unidades y nos quedamos en exclusiva con los perros retirados de la Guardia Civil que ya tenía sobresaturado el centro cinológico de El Pardo”, asegura Noemí. Desde que su ONG echó a andar han encontrado un nuevo hogar para más de 250 “perros policía” retirados.
“Nunca revelamos la identidad de los perros ni se informa sobre su especialidad a los adoptantes. Somos nosotros los que, a través de un formulario, seleccionamos a las familias en función de si hay más animales en el hogar o de lo más o menos sociables que sean los perros que tenemos en adopción”, explica. Que sea la ONG y no los integrantes del futuro hogar los que elijan al can se explica en las peculiaridades que estos perros han adquirido en el desarrollo de su actividad laboral: “Los perros de combate tienen que acabar en una familia que sea consciente de que tienen difícil salida. Se llevan un ancianito que no es de la perrera, sino perros fuertes que necesitan cariño y amor pero no como una mascota de compañia normal”, añade la fundadora de Retired Dogs 112.

 

Una vez están en su nuevo hogar desde la ONG continúan con el seguimiento así, por ejemplo, explica el caso de Diango, un perro especializado en detección de estupefacientes que, tras ser devuelto a la ONG dos veces porque no lograba integrarse, falleció a los 17 años junto a una familia gallega que afrontó junto a él sus problemas de artrosis. A lo largo de estos años han encontrado hogar a perros que sufrían displasia, sordera o que habían pasado por alguna amputación. “Los adoptantes tienen que tener en cuenta que son viejitos”, subraya Noemí.
Ahora mismo Retired Dogs 112 tiene 13 perros en adopción entre los que hay pastores belgas y alemanes, labradores, settles, beagles, rotweiller procedentes de empresas de seguridad y también perros mestizos.

Residencia para caballos
La labor de Retired Dogs 112 con los animales de las Fuerzas de Seguridad del Estado no se ciñe a los perros. Algo más de un año después de empezar con las adopciones de los canes se interesaron también por los caballos de las policías y la Guardia Civil. “Una vez al año hacen revisión y hacen tandas en las que subastan a los caballos ya jubilados”, indican desde la ONG. Ellos ya están buscando un futuro mejor para dos de ellos a los que quien quiera podrá apadrinar. Así, planean poner en marcha una reserva en Barcelona en la que tener más caballos retirados junto a los perros que no logren dar en adopción, al que los “padrinos” podrán acudir de visita, para darles de comer u ofrecerles todo tipo de cuidados. El proyecto se basa en la creación de un espacio a través de aportaciones “crowfunding” que comenzarán próximamente y que pretenden convertir en una especie de santuario en el que caballos y perros tengan todos los cuidados hasta el final de sus días en un entorno agradable. Los “padrinos” podrán acudir a la reserva a visitar a los caballos, darles de comer y ofrecerles todo tipo de cuidados.

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